Encontrados 1652 resultados para: Adán hasta Noé

  • ´El los mantendrá firmes hasta el fin, para que sean irreprochables en el día de la Venida de nuestro Señor Jesucristo. (I Corintios 1, 8)

  • Dios nos reveló todo esto por medio del Espíritu, porque el Espíritu lo penetra todo, hasta lo más íntimo de Dios. (I Corintios 2, 10)

  • Hasta ahora sufrimos hambre, sed y frío. Somos maltratados y vivimos errantes. (I Corintios 4, 11)

  • Nos insultan y deseamos el bien. Padecemos persecución y la soportamos. Nos calumnian y consolamos a los demás. Hemos llegado a ser como la basura del mundo, objeto de desprecio para todos hasta el día de hoy. (I Corintios 4, 13)

  • Sin embargo, no todos tienen este conocimiento. Algunos, habituados hasta hace poco a la idolatría, comen la carne sacrificada a los ídolos como si fuera sagrada, y su conciencia, que es débil, queda manchada. (I Corintios 8, 7)

  • Hasta ahora, ustedes no tuvieron tentaciones que superen sus fuerzas humanas. Dios es fiel, y él no permitirá que sean tentados más allá de sus fuerzas. Al contrario, en el momento de la tentación, les dará el medio de librarse de ella, y los ayudará a soportarla. (I Corintios 10, 13)

  • Y así, siempre que coman este pan y beban esta copa, proclamarán la muerte del Señor hasta que él vuelva. (I Corintios 11, 26)

  • En efecto, así como todos mueren en Adán, así también todos revivirán en Cristo, (I Corintios 15, 22)

  • Porque es necesario que Cristo reine hasta que ponga a todos los enemigos debajo de sus pies. (I Corintios 15, 25)

  • Esto es lo que dice la Escritura: El primer hombre, Adán, fue creado como un ser viviente; el último Adán, en cambio, es un ser espiritual que da la Vida. (I Corintios 15, 45)

  • Tal vez me quede con ustedes algún tiempo, a lo mejor durante todo el invierno, a fin de que me ayuden a proseguir viaje hasta el lugar de mi destino. (I Corintios 16, 6)

  • Mientras tanto, permaneceré en Éfeso hasta Pentecostés, (I Corintios 16, 8)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina