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Así continuaron subiendo cada vez más, hasta que en todas partes quedaron sumergidas las montañas, incluso las más elevadas. (Génesis 7, 19)
El Señor le respondió: "¡Ahora verás lo que haré al Faraón! Tendrá que dejarlos partir por la fuerza, e incluso, se verá obligado a expulsarlos de su país". (Exodo 6, 1)
Luego el Señor dijo a Moisés: "Da esta orden a Aarón: ‘Toma tu bastón y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto -sobre sus ríos y sus canales, sus pantanos y todos sus depósitos de agua- y que estas se conviertan en sangre a lo largo de todo Egipto, incluso las que están en recipientes de madera y de piedra’". (Exodo 7, 19)
Y llegarán incluso a trepar sobre ti, sobre tus servidores y sobre tu pueblo’". (Exodo 7, 29)
Incluso los sacerdotes que se acerquen al Señor deberán purificarse, para que el Señor no les quite la vida". (Exodo 19, 22)
Durante seis días trabajarás, pero el séptimo día deberás descansar, incluso en tiempo de siembra y de cosecha. (Exodo 34, 21)
Después la vaca será quemada a la vista de él: se deberá quemar el cuero, la carne, la sangre, e incluso los excrementos. (Números 19, 5)
Más aún, él hará cundir el pánico en medio de ellos, hasta que todos queden exterminados, incluso los sobrevivientes y los que intenten permanecer ocultos. (Deuteronomio 7, 20)
No obres de esa manera con el Señor, tu Dios. Porque él considera abominable y detesta todo lo que ellas hacen para honrar a sus dioses, ya que llegan incluso a quemar a sus hijos y a sus hijas en homenaje a esos dioses. (Deuteronomio 12, 31)
Rut dijo a su suegra: "Incluso me permitió quedarme con sus servidores hasta que termine la cosecha". (Rut 2, 21)
Incluso antes que se quemara la grasa, venía el servidor del sacerdote y decía a la persona que ofrecía el sacrificio: "Dale al sacerdote carne para asar; él no aceptará de ti carne cocida, sino sólo cruda". (I Samuel 2, 15)
Pero los hombres de Israel replicaron a los de Judá: "Nosotros tenemos sobre el rey, incluso sobre David, diez veces más derechos que ustedes. ¿Por qué nos han relegado? ¿No fuimos nosotros los primeros en proponer que volviera nuestro rey?". A esto respondieron los hombres de Judá con palabras aún más duras. (II Samuel 19, 44)