Encontrados 1068 resultados para: �ella

  • Después volvió a tener otro hijo, y le puso el nombre de Selá. Cuando ella dio a luz, estaba en Quezib. (Génesis 38, 5)

  • Pero Onán, sabiendo que la descendencia no le pertenecería, cada vez que se unía con ella, derramaba el semen en la tierra para evitar que su hermano tuviera una descendencia. (Génesis 38, 9)

  • Entonces se apartó del camino y fue hacia ella para decirle: "Deja que me acueste contigo", ignorando que se trataba de su nuera. Ella le respondió: "¿Qué me darás por acostarte conmigo?". (Génesis 38, 16)

  • "Te enviaré un chivito de mi rebaño", le aseguró él. "De acuerdo, continuó ella, con tal que me dejes algo como prenda hasta que me lo envíes". (Génesis 38, 17)

  • Él le preguntó: "¿Qué debo dejarte?". "Tu sello con su cordón y el bastón que llevas en la mano", le respondió. Él se los entregó y se acostó con ella, dejándola embarazada. (Génesis 38, 18)

  • Inmediatamente, ella se retiró, se quitó el velo que la cubría, y volvió a ponerse su ropa de viuda. (Génesis 38, 19)

  • Pero cuando la iban a sacar, ella mandó decir a su suegro: "Estas cosas pertenecen al hombre que me dejó embarazada. Averigua quién es el dueño de este sello, este cordón y ese bastón". (Génesis 38, 25)

  • Al reconocerlos, Judá declaró: "Ella es más justa que yo, porque yo no le di a mi hijo Selá". Y no volvió a tener relaciones con ella. (Génesis 38, 26)

  • Mientras daba a luz, uno de ellos extendió su mano, y la partera le ató en ella un hilo escarlata, diciendo: "Este ha sido el primero en salir". (Génesis 38, 28)

  • Pero luego retiró su mano, y el otro salió antes. Entonces ella dijo: "¡Cómo te has abierto una brecha!". Por eso fue llamado Peres. (Génesis 38, 29)

  • Y por más que ella lo instigaba día tras día, él no accedió a acostarse con ella y a ser su amante. (Génesis 39, 10)

  • Entonces ella lo tomó de la ropa y le insistió: "Acuéstate conmigo". Pero él huyó, dejando su manto en las manos de la mujer, y se alejó de allí. (Génesis 39, 12)


“Reze pelos infiéis, pelos fervorosos, pelo Papa e por todas as necessidades espirituais e temporais da Santa Igreja, nossa terna mãe. E faça uma oração especial por todos os que trabalham para a salvação das almas e para a glória do nosso Pai celeste.” São Padre Pio de Pietrelcina