Encontrados 140 resultados para: �Cualquier
Acuérdate que está mal tener un ojo ávido: ¿ha sido creado algo peor que el ojo? Por eso derrama lágrimas por cualquier cosa. (Eclesiástico 31, 13)
Un amigo burlón es como un caballo en celo: relincha bajo cualquier jinete. (Eclesiástico 33, 6)
Una mujer acepta cualquier marido, pero unas jóvenes son mejores que otras. (Eclesiástico 36, 21)
No pidas consejo a una mujer sobre su rival, ni a un cobarde sobre la guerra, ni a un comerciante sobre un negocio, ni a un comprador sobre una venta, ni a un envidioso sobre la gratitud, ni a un despiadado sobre un beneficio, ni a un perezoso sobre cualquier trabajo, ni al que trabaja por horas sobre la conclusión de una obra, ni a un servidor holgazán sobre un trabajo difícil: no cuentes con estos para ningún consejo. (Eclesiástico 37, 11)
Caña que brota en cualquier agua y al borde de un río será arrancada antes que toda otra hierba. (Eclesiástico 40, 16)
El temor del Señor es como un vergel exuberante, y protege más que cualquier gloria. (Eclesiástico 40, 27)
Por lo tanto, sientan vergüenza de lo que les voy a indicar, porque no está bien avergonzarse por cualquier cosa ni toda vergüenza merece ser igualmente aprobada. (Eclesiástico 41, 16)
"El Señor te ha constituido sacerdote en lugar del sacerdote Iehoiadá, para que vigiles en la Casa del Señor a cualquier exaltado que quiera pasar por profeta, y lo metas en el cepo y en el calabozo. (Jeremías 29, 26)
Hijo de hombre, ¿en qué aventaja la leña de la vid a la de cualquier otra rama de los árboles del bosque? (Ezequiel 15, 2)
cuando los hice entrar en la tierra que, con la mano levantada, había jurado darles, ellos, al ver cualquier colina o cualquier árbol frondoso, ofrecían allí sus sacrificios, presentaban allí sus ofrendas provocativas, depositaban allí sus perfumes de aroma agradable y derramaban allí sus libaciones. (Ezequiel 20, 28)
Nabucodonosor tomó la palabra y dijo: "Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed Negó, porque ha enviado a su Ángel y ha salvado a sus servidores, que confiaron en él y, quebrantando la orden del rey, entregaron su cuerpo antes que servir y adorar a cualquier otro dios que no fuera su Dios. (Daniel 3, 95)
Todos los ministros del reino, los prefectos y los sátrapas, los familiares y los gobernadores, se han puesto de acuerdo para que el rey promulgue un edicto y ponga en vigencia una prohibición, a saber: Todo el que dentro de los próximos treinta días dirija una plegaria a cualquier dios u hombre que no seas tú, rey, será arrojado en el foso de los leones. (Daniel 6, 8)