Encontrados 140 resultados para: vivir

  • Busquen el bien y no el mal si quieren vivir, para que así Yavé esté con ustedes, como de continuo repiten. (Amós 5, 14)

  • Oh Yavé, te ruego que tomes mi vida, pues ahora es mejor para mí morir que vivir.» (Jonás 4, 3)

  • Al salir el sol, Yavé hizo soplar viento caliente desde el este. El sol acaloró tanto a Jonás que éste se desmayó. Se deseó la muerte y dijo: «Mejor es morir que vivir.» (Jonás 4, 8)

  • Retuércete de dolor y grita, hija de Sión, como mujer que da a luz, porque ahora saldrás de la ciudad para vivir en despoblado. Llegarás hasta Babilonia, pero allí serás liberada, pues Yavé te libertará del poder de tus enemigos. (Miqueas 4, 10)

  • y se fue a vivir a un pueblo llamado Nazaret. Así había de cumplirse lo que dijeron los profetas: Lo llamarán ''Nazoreo''. (Evangelio según San Mateo 2, 23)

  • No se quedó en Nazaret, sino que fue a vivir a Cafarnaún, a orillas del lago, en la frontera entre Zabulón y Neftalí. (Evangelio según San Mateo 4, 13)

  • porque estos otros han dado de lo que les sobra, mientras que ella, no teniendo recursos, ha echado todo lo que tenía para vivir.» (Evangelio según San Lucas 21, 4)

  • Esteban respondió: «Hermanos y padres, escúchenme: El Dios glorioso se apareció a nuestro padre Abrahán mientras estaba en Mesopotamia, antes de que fuera a vivir a Jarán. (Hecho de los Apóstoles 7, 2)

  • Al oír esto Moisés huyó y fue a vivir en la tierra de Madián, donde tuvo dos hijos. (Hecho de los Apóstoles 7, 29)

  • pues eran del mismo oficio y se dedicaban a fabricar tiendas. Y se quedó a vivir y a trabajar con ellos. (Hecho de los Apóstoles 18, 3)

  • Hasta este punto la gente estuvo escuchando a Pablo, pero al oír estas últimas palabras, se pusieron a gritar: «¡Mata a ese hombre! ¡No tiene derecho a vivir!» (Hecho de los Apóstoles 22, 22)

  • Al ver los nativos a la víbora colgando de la mano de Pablo, se dijeron unos a otros: «Sin duda éste es un asesino. Aunque se haya salvado del mar, la justicia divina no lo deja vivir.» (Hecho de los Apóstoles 28, 4)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina