Encontrados 831 resultados para: vara de Moisés

  • Lloren por él todos ustedes, sus vecinos, ustedes, que conocían su fama. Digan: «¿Cómo ha sido roto este bastón tan firme, esta vara tan preciosa?» (Jeremías 48, 17)

  • Por eso nos sobrevinieron calamidades y la maldición que el Señor dijo a su siervo Moisés el día que sacó a nuestros padres de Egipto para darnos una tierra que destila leche y miel. Vivimos entre desgracias hasta el día de hoy. (Baruc 1, 20)

  • Bajo la inmensidad del cielo jamás se produjo nada semejante a lo que él hizo en Jerusalén, de acuerdo a lo que está escrito en la Ley de Moisés: (Baruc 2, 2)

  • como lo habías declarado por ministerio de tu servidor Moisés el día en que tú le mandaste que escribiera la Ley en presencia de los hijos de Israel, en estos términos: (Baruc 2, 28)

  • Me llevó para allá y vi a la entrada a un hombre que parecía de bronce; en su mano tenía un cordel de lino y una vara para medir. (Ezequiel 40, 3)

  • Un muro, alrededor de toda la Casa, la separaba del exterior. El hombre tenía en la mano una vara para medir que llegaba a los seis codos de largo. Midió esa construcción: una vara de espesor y otra de alto. (Ezequiel 40, 5)

  • El hombre se acercó luego al pórtico que mira al oriente, subió los peldaños y midió el umbral del pórtico; medía una vara de profundidad. (Ezequiel 40, 6)

  • Cada una de las piezas medía una vara de largo y otra de ancho, los pilares que separaban a las piezas tenían cinco codos de espesor. (Ezequiel 40, 7)

  • El umbral del pórtico que miraba al oriente, al lado del vestíbulo, tenía una vara de profundidad. (Ezequiel 40, 8)

  • El tabique de esas piececitas tenía una vara de ancho alrededor de toda la Casa. (Ezequiel 41, 8)

  • Midió el lado este con su vara de medir y comprobó que tenía quinientas varas de largo. (Ezequiel 42, 16)

  • Midió el lado norte con su vara y vio que tenía quinientas varas. (Ezequiel 42, 17)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina