Encontrados 44 resultados para: tristeza

  • Los caminos de Sión están de luto, pues nadie va a sus fiestas. Todas sus puertas están destruidas, gimen sus sacerdotes, sus doncellas están llenas de tristeza, ¡Jerusalén está llena de amargura! (Lamentaciones 1, 4)

  • olvidaste al Dios eterno que te crió, llenaste de tristeza también a Jerusalén, tu nodriza. (Baruc 4, 8)

  • Yo los había criado con gozo; con llanto y tristeza los vi partir. (Baruc 4, 11)

  • Y luego dirás a propósito de los señores de Jerusalén: Esta palabra de Yavé está destinada a los habitantes de Jerusalén, a todos los que están todavía en la tierra de Israel: Comerán su pan en medio de la angustia, beberán su agua en medio de su tristeza, porque su país será desolado, privado de sus riquezas a causa de la violencia de sus habitantes. (Ezequiel 12, 19)

  • ¡Ponte a gemir, hijo de hombre! Lanza gemidos ante ellos como si tuvieras roto el corazón, lleno de tristeza. (Ezequiel 21, 11)

  • Cuando vivan en paz en su país y ya nadie los moleste, se olvidarán de su tristeza pasada y de todas las infidelidades que cometieron contra mí. (Ezequiel 39, 26)

  • Tomó consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo y comenzó a sentir tristeza y angustia. (Evangelio según San Mateo 26, 37)

  • Y les dijo: «Siento una tristeza de muerte. Quédense aquí conmigo y permanezcan despiertos.» (Evangelio según San Mateo 26, 38)

  • y les dijo: «Siento en mi alma una tristeza de muerte. Quédense aquí y permanezcan despiertos.» (Evangelio según San Marcos 14, 34)

  • Después de orar, se levantó y fue hacia donde estaban los discípulos. Pero los halló dormidos, abatidos por la tristeza. (Evangelio según San Lucas 22, 45)

  • Se han llenado de tristeza al oír lo que les dije, (Evangelio según San Juan 16, 6)

  • En verdad les digo que llorarán y se lamentarán, mientras que el mundo se alegrará. Ustedes estarán apenados, pero su tristeza se convertirá en gozo. (Evangelio según San Juan 16, 20)


“O medo excessivo nos faz agir sem amor, mas a confiança excessiva não nos deixa considerar o perigo que vamos enfrentar”. São Padre Pio de Pietrelcina