Encontrados 328 resultados para: tribu de Neftalí

  • Para los hijos de Guersón: De las familias de la media tribu de Manasés, Golán, en Basán, con sus pastizales. Astarot con sus pastizales. (1 Crónicas 6, 56)

  • De la tribu de Isacar, Cadés con sus pastizales, Dobrat con sus pastizales, (1 Crónicas 6, 57)

  • De la tribu de Aser, Masal con sus pastizales, Abdón con sus pastizales, (1 Crónicas 6, 59)

  • De la tribu de Neftalí: Cadés en Galilea con sus pastizales, Jammón con sus pastizales y Cariatiarim con sus pastizales. (1 Crónicas 6, 61)

  • Para los demás hijos de Merarí: De la tribu de Zabulón: Rimmón con sus pastizales y Tabor con sus pastizales. (1 Crónicas 6, 62)

  • Y en la otra parte del Jordán, frente a Jericó, al oriente del Jordán, de la tribu de Rubén: Béser en el desierto, con sus pastizales, y Yasá con sus pastizales. (1 Crónicas 6, 63)

  • De la tribu de Gad: Ramot en Galaad con sus pastizales, Majanaim con sus pastizales, (1 Crónicas 6, 65)

  • Hijos de Neftalí: Jaijasiel, Gumí, Jeser, Salum, hijos de Bilá. (1 Crónicas 7, 13)

  • De la media tribu de Manasés, dieciocho mil, nominalmente designados para ir a proclamar rey a David. (1 Crónicas 12, 32)

  • De Neftalí, mil jefes, y con ellos treinta y siete mil hombres con escudo y lanza. (1 Crónicas 12, 35)

  • Y de Transjordania, de los rubenitas, de los gaditas y de la media tribu de Manasés, provistos de todos los pertrechos de guerra para la batalla, ciento veinte mil. (1 Crónicas 12, 38)

  • Además, de los pueblos vecinos e incluso de Isacar, Zabulón y Neftalí, traían comida, en burros, camellos, mulos y bueyes; provisiones de harina, tortas de higo y pasas, vino, aceite, ganado mayor y menor en abundancia, pues reinaba la alegría en Israel. (1 Crónicas 12, 41)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina