Encontrados 12 resultados para: trajeran
Pero Saúl volvió a mandar gente para que lo vieran y se lo trajeran en su cama, pues quería darle muerte. (1 Samuel 19, 15)
Entonces llamó el rey al sumo sacerdote Joyadá, y le dijo: «¿Por qué no has tenido cuidado de que los levitas trajeran de Judá y de Jerusalén la contribución que Moisés, siervo de Yavé, y la asamblea de Israel determinaron para la Tienda de las Citas?» (2 Crónicas 24, 6)
Dieron dinero a los que trabajaban la piedra, a los albañiles y carpinteros. También dieron alimentos, vino y aceite a los tirios para que trajeran por mar a Yafó madera de cedro del Líbano, según la autorización de Ciro, rey de Persia. (Esdras 3, 7)
Esa misma noche, como no podía quedarse dormido, pidió el rey que le trajeran el libro de las Memorias o Crónicas para que le leyeran algo. (Ester 6, 1)
él les mandó que lo sacaran y trajeran. Cuando estuvo dispuesto el sacrificio sobre el altar, Nehemías mandó a los sacerdotes que rociaran con aquel líquido la leña y lo que habían colocado sobre ella. (2 Macabeos 1, 21)
Entonces di orden que trajeran a mi presencia a todos los sabios de Babilonia para que me explicaran el sueño. (Daniel 4, 3)
Animado por el vino, mandó que le trajeran los vasos de oro y plata que su padre, Nabucodonosor, había robado del Templo; es decir, de la Casa de Dios en Jerusalén, para que bebieran en ellos. (Daniel 5, 2)
Después el rey volvió a su palacio y se acostó en ayunas. No quiso que le trajeran compañía y perdió el sueño (Daniel 6, 19)
Daniel mandó a sus criados que trajeran ceniza y la desparramaran por todo el suelo del templo, sin más testigos que el rey. Luego salieron, cerraron la puerta, la sellaron con el anillo real y se fueron. (Daniel 14, 14)
Jesús pidió que se los trajeran, diciendo: «Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. (Evangelio según San Lucas 18, 16)
Jesús se detuvo y ordenó que se lo trajeran, y cuando tuvo al ciego cerca, le preguntó: (Evangelio según San Lucas 18, 40)
Al día siguiente llegaron Agripa y Berenice con gran pompa, y entraron en la sala de la audiencia acompañados por los jefes militares y las autoridades de la ciudad. Festo ordenó que trajeran a Pablo (Hecho de los Apóstoles 25, 23)