Encontrados 71 resultados para: trabajos de metal

  • Su madre respondió: «¡Que mi hijo sea bendito de Yavé!» Y él le devolvió los mil cien siclos de plata. Pero su madre le dijo: «Yo quería consagrar este dinero a Yavé y dárselo de mi propia mano, para que, con este dinero, mi hijo se hiciera una estatua con una cubierta de metal. Así que te doy esta plata.» (Jueces 17, 3)

  • El, sin embargo, devolvió la plata a su madre, la cual separó doscientos siclos para el fundidor. Este le hizo una estatua de madera cubierta de metal y estuvo en casa de Miqueas. (Jueces 17, 4)

  • Entonces los cinco hombres que habían ido a explorar la tierra tomaron la palabra y dijeron a sus hermanos: «No saben lo que hay en una de estas casas: un mueble para sacar la suerte, unos idolitos y una estatua de madera cubierta de metal. Consideren, pues, lo que tienen que hacer.» (Jueces 18, 14)

  • En esto llegó un anciano que volvía de sus trabajos del campo. Era un hombre de los cerros de Efraím, que residía como forastero en Guibea, pues la gente del lugar era de la tribu de Benjamín. (Jueces 19, 16)

  • Dijo el rey al sacerdote Abiatar: «Vete a Anatot, a tus tierras, porque mereces la muerte, pero no quiero hacerte morir hoy, porque llevaste el Arca de Yavé delante de mi padre y lo acompañaste en todos los trabajos y aflicciones que pasó.» (1 Reyes 2, 26)

  • sin contar a los capataces puestos por los intendentes al frente de las obras, unos tres mil hombres que mandaban a la gente empleada en los trabajos. (1 Reyes 5, 16)

  • Este Hiram era muy inteligente y entendido, capaz de hacer cualquier tipo de obra de arte con este metal. Fue donde el rey y ejecutó todos sus trabajos. (1 Reyes 7, 14)

  • cuyos descendientes habían quedado después de ellos en el país y a los que los israelitas no habían podido exterminar, les impuso trabajos forzados y les hizo pagar tributos, hasta el día de hoy. (1 Reyes 9, 21)

  • «Tu padre nos ha impuesto un yugo pesado; alivia tú los duros trabajos que nos exigió, y el yugo pesado que nos impuso, y te serviremos.» (1 Reyes 12, 4)

  • sino que se empleaba para pagar a los que hacían los trabajos. (2 Reyes 12, 15)

  • En el interior de la sala del Lugar Santísimo hizo los querubines de metal forjado, que revistió de oro. (2 Crónicas 3, 10)

  • Hizo una gran pileta de metal fundido, llamado el mar, de diez codos de borde a borde, enteramente redondo y de cinco codos de alto. Un cordón de treinta codos medía su contorno. (2 Crónicas 4, 2)


“Viva feliz. Sirva ao Senhor alegremente e com o espírito despreocupado.” São Padre Pio de Pietrelcina