Encontrados 280 resultados para: trabajo en bronce

  • Este será para ustedes un rito perpetuo. En el mes séptimo, el día décimo, ustedes ayunarán y no harán trabajo alguno, tanto el israelita como el forastero que viva con ustedes. (Levítico 16, 29)

  • Habrá seis días trabajados, y el séptimo día será sábado de descanso con una asamblea santa: no se hará ningún trabajo. El sábado será para Yavé en todos los lugares donde vivan. (Levítico 23, 3)

  • El día primero convocarán una asamblea santa; no harán trabajo de trabajador. (Levítico 23, 7)

  • Durante siete días seguidos ofrecerán a Yavé un sacrificio por el fuego; el séptimo día convocarán una asamblea santa. y no harán ningún trabajo de trabajador.» (Levítico 23, 8)

  • Este mismo día convocarán una asamblea santa; no harán ningún trabajo de trabajador. Es ley perpetua para sus descendientes, dondequiera que habiten. (Levítico 23, 21)

  • No harán ningún trabajo de trabajador y ofrecerán a Yavé un sacrificio por el fuego.» (Levítico 23, 25)

  • No harán ningún trabajo porque ése es el día del Perdón, en que se hace la expiación por ustedes delante de Yavé. (Levítico 23, 28)

  • Al que haga algún trabajo, yo lo exterminaré de en medio de su pueblo. (Levítico 23, 30)

  • No harán, pues, trabajo alguno, es un decreto perpetuo, de generación en generación, dondequiera que habiten. (Levítico 23, 31)

  • El día primero habrá reunión sagrada y no harán ningún trabajo de trabajador. (Levítico 23, 35)

  • Durante siete días ustedes ofrecerán cada día a Yavé sacrificios por el fuego. El día octavo tendrán reunión sagrada y ofrecerán a Yavé sacrificios por el fuego. Ustedes tendrán una asamblea solemn y no harán ningún trabajo. (Levítico 23, 36)

  • Si tu prójimo se hace tu deudor y se vende a ti, no le impondrás trabajo de esclavo; (Levítico 25, 39)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina