Encontrados 40 resultados para: tantas

  • El rey le respondió: «¿Para qué tantas palabras? He decidido que tú y Sibá se repartan las tierras.» (2 Samuel 19, 30)

  • Recuerda eternamente su alianza, la promesa que hizo a tantas generaciones. (1 Crónicas 16, 15)

  • Yo daré a tus siervos que se ocupen de cortar y derribar los árboles veinte mil cargas de trigo y otras tantas de cebada, veinte mil medidas de vino y veinte mil medidas de aceite: todo esto para su mantenimiento.» (2 Crónicas 2, 9)

  • Entre tantas naciones no había un rey semejante a él; era amado de Dios; Dios lo había hecho rey de todo Israel y también a él lo hicieron pecar las mujeres extranjeras. (Nehemías 13, 26)

  • que no me deja ni respirar con tantas amarguras que me hace tragar. (Job 9, 18)

  • Tú que me hiciste pasar tantas penas y miserias, volverás para hacerme revivir, y me harás subir de nuevo del abismo. (Salmos 71, 20)

  • Te doy gracias por tantas maravillas, admirables son tus obras y mi alma bien lo sabe. (Salmos 139, 14)

  • Y me pregunto: ¿Por qué me han venido encima tantas penas y me siento tan desanimado, yo que era generoso y amado mientras ejercía el poder? (1 Macabeos 6, 11)

  • Entonces el Macabeo contempló la muchedumbre que tenía delante y que los combatía con tantas armas diversas, con el apoyo de feroces elefantes; levantó las manos al cielo e invocó al Señor que obra prodigios, pues bien sabía que da la victoria a los que la merecen y que ésta no depende de las armas, sino de la voluntad de Dios. (2 Macabeos 15, 21)

  • Si el justo cayó siete veces, se levantará otras tantas, mientras que los malvados caerán para seguir en su desgracia. (Proverbios 24, 16)

  • ¡Muy pésimo negocio es ese: todo se nos escapa! ¿Cómo gozará el hombre de todo aquello por lo cual ha trabajado bajo el sol, en medio de tantas fatigas y preocupaciones? (Eclesiastés (Qohelet) 2, 22)

  • La estupidez es la que le inspiró tantas palabras. ( El ser humano no conoce el porvenir: ¿quién le dirá lo que pasará después de él?) (Eclesiastés (Qohelet) 10, 14)


“Que Jesus o aperte sempre mais ao Seu divino coração. Que Ele o alivie no sofrimento e lhe dê o abraço final no Paraíso.” São Padre Pio de Pietrelcina