Encontrados 140 resultados para: tampoco

  • pues tú eres nuestro Padre. Abraham ya no sabe de nosotros e Israel tampoco se acordará. Mas tú, Yavé, eres nuestro Padre, nuestro Redentor; éste ha sido siempre tu nombre. (Isaías 63, 16)

  • Pero tampoco ustedes me oyeron ni me hicieron caso, y, endureciendo su cabeza, se portaron peor que ellos.» (Jeremías 7, 26)

  • Tampoco se repartirá pan en los velorios, ni se ofrecerá vino para consolar a los deudos. Nadie servirá a los hijos la copa del consuelo el día de la muerte de sus padres. (Jeremías 16, 7)

  • Yo no mandé a estos profetas ¡y vinieron corriendo! Tampoco les hablé y se pusieron a profetizar. (Jeremías 23, 21)

  • Y no corran tras otros dioses para servirlos y para arrodillarse ante ellos; no me molesten con las obras que hacen sus manos y yo tampoco les haré mal alguno. (Jeremías 25, 6)

  • ni tampoco les faltará a los sacerdotes y levitas un hombre que, en presencia mía, ofrezca holocaustos, queme incienso de oblación y celebre el sacrificio cada día. (Jeremías 33, 18)

  • en ese caso ¡tampoco me preocuparé de la familia de Jacob y de David, mi servidor, ni tomaré más de entre sus descendientes a quienes gobiernen la posteridad de Abraham, de Isaac y de Jacob; pues quiero que vuelvan de su cautiverio y demostrarles así compasión. (Jeremías 33, 26)

  • ni tampoco buscarán piedras para volver a edificarte. Serás un montón de ruinas para siempre, porque así lo ha dicho Yavé. (Jeremías 51, 26)

  • Sus puertas se han hundido en tierra, él ha roto sus cerrojos; su rey y sus príncipes están entre extranjeros; ya no hay Ley y tampoco sus profetas consiguen visiones de Yavé. (Lamentaciones 2, 9)

  • Una nueva generación goza la lu yy ocupa la tierra qque tampoco sabe los caminos de la sabiduría (Baruc 3, 20)

  • Y tampoco pueden dar riquezas, (Baruc 6, 33)

  • no muestran tampoco a los pueblos señales en el cielo, ni lucen como el sol, ni alumbran como la luna. (Baruc 6, 66)


“Que Maria seja toda a razão da sua existência e o guie ao porto seguro da eterna salvação. Que Ela lhe sirva de doce modelo e inspiração na virtude da santa humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina