Encontrados 1286 resultados para: tal

  • El total de oro empleado en el trabajo, en todo el trabajo del Santuario, el oro que ofreció el pueblo, fue de veintinueve talentos y setecientos treinta siclos, en siclos del Santuario; (Exodo 38, 24)

  • la plata entregada por los hombres incluidos en el censo de la comunidad fue de cien talentos y mil setecientos sesenta y cinco siclos, según el peso del Santuario. (Exodo 38, 25)

  • Los cien talentos de plata se emplearon en fundir las basas del Santuario y las basas de las columnas que sostenían el velo; cien basas correspondientes a los cien talentos, un talento por basa. (Exodo 38, 27)

  • El bronce que ofrecieron fue de setenta talentos y dos mil cuatrocientos siclos. (Exodo 38, 29)

  • El cinturón con que se ciñe el Efod era de la misma hechura y de los mismos materiales y formaba con él una sola pieza, tal como Yavé se lo había mandado a Moisés. (Exodo 39, 5)

  • lo mismo que las fajas de lino fino retorcido, de púrpura violeta y escarlata y de carmesí, tal como Yavé había ordenado a Moisés. (Exodo 39, 29)

  • Luego instaló el candelabro en la Tienda de las Citas, frente a la mesa, en el lado meridional de la Morada, (Exodo 40, 24)

  • Si quiere ofrecer un holocausto, es decir una víctima totalmente quemada, presentará a la entrada de la Tienda de las Citas el macho sin defecto que haya escogido, y así su sacrificio será agradable a Yavé. (Levítico 1, 3)

  • Le quitará el buche y las plumas y las arrojará a las cenizas, al lado oriental del altar. (Levítico 1, 16)

  • «Da esta orden a Aarón y a sus hijos: Esta será la ley del holocausto, es decir de la víctima totalmente quemada. La dejarán en el altar durante todo la noche hasta el amanecer; el fuego del altar no se apagará. (Levítico 6, 2)

  • Toda ofrenda que presente uno de los sacerdotes será consumida totalmente; no se comerá nada de ella.» (Levítico 6, 16)

  • Entonces, Moisés dijo a Aarón y a sus hi jos: «Asen la carne en la puerta de la Tienda de las Citas y cómanla allí mismo. Coman también el pan consagrado que está en su canasto tal como lo he mandado, diciendo: Aarón y sus hijos lo comerán; (Levítico 8, 31)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina