Encontrados 52 resultados para: sigue

  • A pesar de que hacen de pastores, son perros hambrientos que no se llenan con nada. Son gente incapaz de comprender. Cada uno sigue su propio camino, o busca su propio interés: (Isaías 56, 11)

  • Pues, ¿por qué este pueblo sigue en su rebeldía, sin querer ceder? Se aferran fuertemente a la mentira y se niegan a convertirse. (Jeremías 8, 5)

  • Pero ellos respondieron: «¡Basta! Nosotros haremos según nos parezca.» Y cada uno sigue sus propias ideas, por malas que sean (Jeremías 18, 12)

  • sigue mis mandamientos, observa mis leyes y actúa en todo con fidelidad. Ese hombre es justo y vivirá, palabra de Yavé. (Ezequiel 18, 9)

  • no trata al pobre con violencia, no cobra interés o comisión, observa mis leyes y sigue mis mandamientos. Ese no morirá por el pecado de su padre, sino que al contrario vivirá. (Ezequiel 18, 17)

  • Efraím me ha rodeado de mentira; la gente de Israel, de falsedad; sigue todavía a su baal y se apega a sus divinidades. (Oseas 12, 1)

  • Después dijo a sus servidores: El banquete de bodas sigue esperando, pero los que habían sido invitados no eran dignos. (Evangelio según San Mateo 22, 8)

  • Pero Jesús les respondió: «Mi Padre sigue trabajando, y yo también trabajo.» (Evangelio según San Juan 5, 17)

  • Jesús les habló de nuevo diciendo: «Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá luz y vida.» (Evangelio según San Juan 8, 12)

  • Después de esto, nuevamente se apareció Jesús a sus discípulos en la orilla del lago de Tiberíades. Y se hizo presente como sigue: (Evangelio según San Juan 21, 1)

  • Una noche el Señor le dijo a Pablo en una visión: «No tengas miedo, sigue hablando y no calles, (Hecho de los Apóstoles 18, 9)

  • Por eso es capaz de salvar de una vez a los que por su medio se acercan a Dios. El sigue viviendo e intercediendo en favor de ellos. (Carta a los Hebreos 7, 25)


“Você deve ter sempre prudência e amor. A prudência tem olhos; o amor tem pernas. O amor, como tem pernas, gostaria de correr a Deus. Mas seu impulso de deslanchar na direção dEle é cego e, algumas vezes, pode tropeçar se não for guiado pela prudência, que tem olhos.” São Padre Pio de Pietrelcina