Encontrados 121 resultados para: santos

  • Te pido insistentemente ante Dios, Cristo Jesús y los santos ángeles que observes estas reglas con imparcialidad, sin hacer diferencias. (1º Carta a Timoteo 5, 21)

  • pues oigo alabar el amor y la fe que te animan, tanto hacia el Señor como en beneficio de los santos. (Carta a Filemon 1, 5)

  • Hermanos santos, que gozan de una vocación sobrenatural, fíjense en Jesús, el apóstol y sumo sacerdote de nuestra fe; (Carta a los Hebreos 3, 1)

  • Dios no es injusto para olvidar lo que han hecho y cómo han ayudado y todavía ayudan a los santos por amor de su Nombre. (Carta a los Hebreos 6, 10)

  • Saluden a todos sus dirigentes y a todos los santos hermanos nuestros. Los de Italia los saludan. (Carta a los Hebreos 13, 24)

  • Si es santo el que los llamó, también ustedes han de ser santos en toda su conducta, (1º Carta de Pedro 1, 15)

  • según dice la Escritura: Serán santos, porque yo soy santo. (1º Carta de Pedro 1, 16)

  • Acuérdense de las palabras dichas en el pasado por los santos profetas y del aviso de sus apóstoles, que era el del Señor y Salvador. (2º Carta de Pedro 3, 2)

  • Amadísimos, tenía un gran deseo de escribirles acerca de nuestra común salvación, y me sentí obligado a hacerlo, para exhortarlos a luchar por la fe que Dios entregó de una vez para siempre a sus santos. (2º Carta de Pedro 3, 3)

  • Y si es esto lo que esperamos de él, querremos ser santos como él es santo. (1º Carta de Juan 3, 3)

  • Amadísimos, tenía un gran deseo de escribirles acerca de nuestra común salvación, y me vi obligado a hacerlo para moverlos a luchar por la fe que Dios entregó una vez para siempre a sus santos. (Carta de Judas 1, 3)

  • Cuando lo tomó, los cuatro Seres Vivientes se postraron ante el Cordero. Lo mismo hicieron los veinticuatro ancianos que tenían en sus manos arpas y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos. (Apocalipsis 5, 8)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina