Encontrados 19 resultados para: sacrificar

  • Pero les exigirán la misma cantidad de ladrillos que hacían antes, sin disminuir ni uno solo. Son unos flojos, y por eso vienen aquí con sus gritos: ¡Déjanos salir! ¡Tenemos que sacrificar a nuestro Dios! (Exodo 5, 8)

  • El respondió: «¡Flojos y más que flojos! Por esa razón me piden ir a sacrificar a Yavé. (Exodo 5, 17)

  • Después mandará sacrificar uno de los pájaros sobre una vasija de barro con agua fresca. (Levítico 14, 5)

  • Yo mismo volveré mi rostro contra ese hombre y lo eliminaré de su pueblo. Pues al sacrificar su descendencia para Moloc, contaminó mi Santuario y profanó mi santo Nombre. (Levítico 20, 3)

  • Ellas invitaron al pueblo a sacrificar a sus dioses: el pueblo comió y se postró ante los dioses de ellas.. (Números 25, 2)

  • No obstante, podrás sacrificar y comer carne en todas tus ciudades, siempre que lo desees y que no te falte por el favor de Yavé; pero ésta será carne de la que todos podrán comer, estén puros o impuros, como si se tratara de gacela o de ciervo. (Deuteronomio 12, 15)

  • No podrás sacrificar la Pascua en ninguna de las ciudades que Yavé te dará, (Deuteronomio 16, 5)

  • «Permítenos retenerte y prepararte un cabrito.» Porque Manoaj no sabía que era el Angel de Yavé. Pero él dijo a Manoaj: «Aunque me obligues a quedarme, no probaré tu comida. Pero si quieres sacrificar alguna víctima por el fuego, ofrécesela a Yavé.» (Jueces 13, 16)

  • Samuel respondió: «Sí, he venido a sacrificar a Yavé. Purifíquense y vengan conmigo al sacrificio.» Samuel purificó a Jesé y a sus hijos y los invitó al sacrificio. (1 Samuel 16, 5)

  • Digo esto, pues lo he visto hoy día ir a sacrificar una gran cantidad de toros, terneros gordos y corderos. (1 Reyes 1, 25)

  • sino que debían dedicarse altares, recintos sagrados y templos a los ídolos. Tenían que sacrificar cerdos y animales impuros (1 Macabeos 1, 47)

  • Al mismo tiempo, mató al delegado del rey, que obligaba al pueblo a sacrificar, y después derribó el altar. (1 Macabeos 2, 25)


“Enquanto tiver medo de ser infiel a Deus, você não será’. Deve-se ter medo quando o medo acaba!” São Padre Pio de Pietrelcina