Encontrados 10 resultados para: sacerdotales

  • las vestiduras sagradas y las que han de servir para la consagración del sacerdote Aarón y las de sus hijos cuando ejerzan sus funciones sacerdotales; (Exodo 31, 10)

  • los ornamentos de ceremonia para oficiar en el Santuario; las vestiduras de la consagración del sacerdote Aarón y las vestiduras de sus hijos para las funciones sacerdotales.» (Exodo 35, 19)

  • Pero reservarás a Aarón y sus hijos las funciones sacerdotales. El que no sea levita y se acerque, morirá.» (Números 3, 10)

  • Hijos de Aarón: Nadab, Abihú, Eleazar e Itamar. Nadab y Abihú murieron en presencia de su padre, sin tener hijos, de modo que Eleazar e Itamar ejercieron las funciones sacerdotales. (1 Crónicas 24, 2)

  • Semaías, hijo de Natanael, escriba, uno de los levitas, los inscribió en presencia del rey y de los jefes, y en presencia del sacerdote Sadoc, de Ajimelec, hijo de Abiatar, y de los jefes de familias sacerdotales y levíticas. Se sacaba a suertes: una vez para Itamar y dos veces para Eleazar. (1 Crónicas 24, 6)

  • En las ciudades sacerdotales estaban permanentemente bajo sus órdenes Edem, Mibyamín, Jesua, Semaías, Amarías y Sekanías para repartir a sus hermanos, así grandes como chicos, según sus clases, (2 Crónicas 31, 15)

  • Dieron para el tesoro de la obra según sus medios, 61.000 dracmas de oro, 5.000 minas de plata y 100 túnicas sacerdotales. (Esdras 2, 69)

  • Algunos de los jefes de familia hicieron ofrendas para la obra. El gobernador entregó al tesoro 1.000 monedas de oro,50 copas y 530 túnicas sacerdotales. (Nehemías 7, 69)

  • Lo que entregó el resto del pueblo ascendía a 20.000 monedas de oro, 2.000 minas de plata y 67, túnicas sacerdotales. (Nehemías 7, 71)

  • En tiempo de Elyasib, Joyada, Yojanán y Yaddúa, los jefes de las familias sacerdotales fueron registrados hasta el reinado del persa Darío. (Nehemías 12, 22)


“Mantenha-se sempre muito unido à Igreja Católica, pois somente ela pode lhe dar a verdadeira paz, porque somente ela possui Jesus Sacramentado que é o verdadeiro príncipe da paz.” São Padre Pio de Pietrelcina