Encontrados 253 resultados para: resurrección de los muertos

  • Los vivos saben que morirán; los muertos, nada saben. No tienen nada que esperar: son sólo un recuerdo olvidado. (Eclesiastés (Qohelet) 9, 5)

  • Haz todo lo que esté a tu alcance y que te sientas capaz de hacer; porque en la morada de los muertos a donde tú vas, no hay ni trabajos ni problemas ni conocimiento ni sabiduría. (Eclesiastés (Qohelet) 9, 10)

  • Partiendo de falsos razonamientos sacan estas conclusiones: "Nuestra vida es corta y llena de decepciones, tendremos un fin y será sin remedio: nunca se ha visto que alguien haya subido del mundo de los muertos. (Sabiduría 2, 1)

  • A los ojos de los insensatos están bien muertos y su partida parece una derrota. (Sabiduría 3, 2)

  • cuando a su vez sean cadáveres despreciables y estén sin defensa entre los muertos. Porque el Señor los reducirá al silencio y los precipitará de cabeza; los arrancará de cuajo y los destruirá irremediablemente: entonces sabrán lo que es el dolor, cuando todos los hayan olvidado. (Sabiduría 4, 19)

  • Lloraban a sus innumerables muertos, derribados todos por la misma muerte; los vivos no daban abasto para enterrarlos: la flor y nata de esa raza había perecido en un instante. (Sabiduría 18, 12)

  • Cuando se interpuso, los muertos ya se apilaban; puso fin a la Cólera y le cerró el camino hacia los vivos. (Sabiduría 18, 23)

  • Aún no terminaban de llorar a sus muertos y de lamentarse en sus tumbas, cuando tomaron la decisión de perseguir como fugitivos a los que les habían suplicado que se fueran. (Sabiduría 19, 3)

  • Que los vivos reciban tus buenas obras y no olvides a los muertos. (Sirácides (Eclesiástico) 7, 33)

  • ¿Quién alabará al Altísimo en la morada de los muertos? Son los vivos los que le dan la alabanza? (Sirácides (Eclesiástico) 17, 27)

  • El camino de los pecadores está despejado de piedras, pero va derecho al abismo de los muertos. (Sirácides (Eclesiástico) 21, 10)

  • A una sola palabra del Altísimo, hiciste que un muerto se levantara, arrancándolo del mundo de los muertos, de la Morada de abajo. (Sirácides (Eclesiástico) 48, 5)


“O amor nada mais é do que o brilho de Deus nos homens”. São Padre Pio de Pietrelcina