Encontrados 56 resultados para: recibieron

  • Los hijos de Merarí recibieron para sus familias doce ciudades de las tribus de Rubén, Gad y Zabulón. (Josué 21, 7)

  • Entonces, los sacerdotes y levitas recibieron todo lo que habíamos pesado: la plata, el oro y los vasos, para llevarlos a Jerusalén a la Casa de nuestro Dios. (Esdras 8, 30)

  • porque no recibieron a los hijos de Israel con pan y agua. Dieron dinero a Balaam para que los maldijera, pero nuestro Dios cambió su maldición en bendición.» (Nehemías 13, 2)

  • Los habitantes de las ciudades y de los pueblos de los alrededores lo recibieron con coronas y danzando al compás del tamboril. (Judit 3, 7)

  • Los funcionarios del Rey y la gobernación de la ciudad de David en Jerusalén, recibieron la información de que unos hombres habían desobedecido la orden del rey y habían ido a esconderse en cavernas del desierto. (1 Macabeos 2, 31)

  • Allí encontraron a los nabateos, que los recibieron amistosamente y los pusieron al tanto de lo que ocurría a sus hermanos de la región de Galaad. (1 Macabeos 5, 25)

  • El valiente Judas y sus hermanos recibieron grandes honores en Israel y también se hicieron famosos entre los extranjeros que oyeron hablar de ellos, (1 Macabeos 5, 63)

  • Jonatán partió para Ascalón, donde los habitantes lo recibieron con grandes honores. (1 Macabeos 10, 86)

  • Les pido, pues, que teniendo en cuenta los beneficios que recibieron de mí todos y cada uno de ustedes, conserven su benevolencia hacia mí y hacia mi hijo. (2 Macabeos 9, 26)

  • Sobre Damasco. Jamat y Arfad están preocupadas porque recibieron una mala noticia. Se les para el corazón de espanto y no pueden tranquilizarse. (Jeremías 49, 23)

  • Sanen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos y echen los demonios. Ustedes lo recibieron sin pagar, denlo sin cobrar. (Evangelio según San Mateo 10, 8)

  • Cuando llegó el turno a los primeros, pensaron que iban a recibir más, pero también recibieron cada uno un denario. (Evangelio según San Mateo 20, 10)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina