Encontrados 101 resultados para: razón

  • Pero creían firmemente en una valiosa recompensa para los que mueren como creyentes; de ahí que su inquietud era santa y de acuerdo con la fe. Esta fue la razón por la cual Judas ofreció este sacrificio por los muertos; para que fueran perdonados de su pecado. (2 Macabeos 12, 45)

  • apela a la inteligencia y déjate guiar por la razón; (Proverbios 2, 3)

  • Se da razón al primero que habla; aparece su contrario y hay que revisarlo todo. (Proverbios 18, 17)

  • Al pobre lo rechazan todos sus hermanos, con mayor razón sus amigos. ¿Con quién hablar? Nadie se presenta. (Proverbios 19, 7)

  • El que dice a un malvado: "¡Tienes razón!" será maldito por el pueblo, las naciones lo detestarán. (Proverbios 24, 24)

  • La razón humana avanza tímidamente, nuestras reflexiones no son seguras, (Sabiduría 9, 14)

  • Tener miedo es simplemente renunciar a la ayuda de la razón; mientras menos se cuenta con esa ayuda interior, más aumenta la causa desconocida de sus sufrimientos. (Sabiduría 17, 11)

  • No lo pongas a tu lado: podría echarte y ocupar tu lugar. No lo invites a sentarse a tu derecha: podría ambicionar tu puesto; entonces comprenderías que yo tenía razón y te pesaría no haberme escuchado. (Sirácides (Eclesiástico) 12, 12)

  • Cuando el rico tiene problemas, son muchos lo que vienen a ayudarlo; puede decir tonterías y le hallarán que tiene razón. Cuando el pobre comete un error, le llaman la atención, si dice cosas sensatas, nadie se las toma en cuenta. (Sirácides (Eclesiástico) 13, 22)

  • Cuando el anfitrión hace las cosas regiamente, lo felicitan y hablan con razón de su generosidad. (Sirácides (Eclesiástico) 31, 23)

  • Los descarriados entrarán en razón y los rebeldes se dejarán instruir. (Isaías 29, 24)

  • No saben ni entienden. Sus ojos están tapados y no ven; su inteligencia no se da a la razón. (Isaías 44, 18)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina