Encontrados 20 resultados para: quitaré

  • Por lo tanto, diles de mi parte: Yo soy Yavé, que quitaré de sus espaldas los duros trabajos de Egipto y los liberaré de la esclavitud. Yo les devolveré la libertad con golpes tremendos de mi mano y con intervenciones manifiestas. (Exodo 6, 6)

  • No te los quitaré de tu paso en un solo año, no sea que la tierra quede desierta y se multipliquen las fieras en perjuicio de ustedes. (Exodo 23, 29)

  • Yo les quitaré el pan, hasta el punto que diez mujeres cocerán todo su pan en un solo horno, y se lo darán tan medido que no se podrán saciar. (Levítico 26, 26)

  • Y si el hombre le decía: «Que primero se queme la grasa y después toma todo lo que desees», el sirviente le respondía: «No, me lo das inmediatamente o te lo quitaré por la fuerza.» (1 Samuel 2, 16)

  • Entonces Yavé dijo a Salomón: «No has guardado mi Alianza, ni los preceptos que te había ordenado. Por esto te quitaré una parte de tu reino y se la daré a un servidor tuyo. (1 Reyes 11, 11)

  • Sólo que, en atención a David, tu padre, no te lo quitaré mientras tú vivas, sino que lo arrancaré de manos de tu hijo. (1 Reyes 11, 12)

  • Además no le quitaré todo el reino, sino que le dejaré una tribu en atención a David, mi siervo, y a Jerusalén, la ciudad que elegí para mí.» (1 Reyes 11, 13)

  • No le quitaré todo el reino e incluso lo mantendré como rey hasta el fin de su vida, en atención a David, mi siervo, a quien elegí y que guardó mis mandatos y preceptos. (1 Reyes 11, 34)

  • afianzaré tu trono, como prometí a tu padre David: A ninguno de tus descendientes quitaré el mando de Israel. (2 Crónicas 7, 18)

  • pero mi amor no se lo quitaré ni renegaré de mi fidelidad. (Salmos 89, 34)

  • Déjenme que les diga lo que voy a hacer con mi viña: le quitaré la cerca, para que la puedan saquear; se convertirá en maleza para el fuego; (Isaías 5, 5)

  • «Te destituiré de tu puesto y te quitaré tu cargo; Aquel día llamaré a mi servidor, 20a Eliaquim, hijo de Helcías. Le pasaré tu traje, (Isaías 22, 19)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina