Encontrados 140 resultados para: quiere

  • Si quiere ofrecer un holocausto, es decir una víctima totalmente quemada, presentará a la entrada de la Tienda de las Citas el macho sin defecto que haya escogido, y así su sacrificio será agradable a Yavé. (Levítico 1, 3)

  • Cualquiera que maldiga a su padre o a su madre morirá. El que maldice a su padre o a su madre, quiere su propia muerte. (Levítico 20, 9)

  • Si el que la ha consagrado la quiere rescatar, añadirá una quinta parte del precio fijado y será suya. (Levítico 27, 15)

  • Si el que consagró el campo lo quiere rescatar, añadirá la quinta parte al precio fijado y será suyo. (Levítico 27, 19)

  • si alguien quiere rescatar parte de su diezmo, añadirá la quinta parte de su valor. (Levítico 27, 31)

  • Si un extranjero que vive entre ustedes quiere celebrar la Pascua de Yavé, la celebrará según los preceptos y costumbres de la Pascua. El rito será el mismo para todos, tanto para el extranjero como para ustedes. (Números 9, 14)

  • Sin embargo, alojen aquí esta noche, por favor, para que sepa lo que Yavé me quiere aún decir." (Números 22, 19)

  • Cualquier voto o compromiso con el que la mujer se quiere mortificar, lo ratifica y anula el marido. (Números 30, 14)

  • Y si, más tarde, quiere anularlo, cargará con la falta de su esposa.» (Números 30, 16)

  • Tampoco aceptarán rescate del que se ha refugiado en una ciudad de asilo y quiere volver a vivir en su tierra antes de que muera el sumo sacerdote. (Números 35, 32)

  • Y empezaron a murmurar en sus tiendas: Yavé no nos quiere; nos hizo salir de Egipto para entregarnos a los amorreos, que acabarán con todos nosotros. (Deuteronomio 1, 27)

  • Cuando un hombre tiene dos mujeres, de las cuales a una quiere y a la otra, no, puede ser que las dos le den hijos y que el primogénito sea hijo de la mujer menos amada. (Deuteronomio 21, 15)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina