Encontrados 16 resultados para: quemadas

  • Después de éstas brotaron otras siete espigas pequeñas y quemadas por el viento, (Génesis 41, 6)

  • y estas espigas pequeñas y quemadas por el viento se tragaron a las siete granadas y repletas. Se despertó Faraón, y se dio cuenta que era un sueño. (Génesis 41, 7)

  • Pero brotaron detrás de ellas siete espigas pequeñas, vacías y quemadas por el viento. (Génesis 41, 23)

  • Las siete vacas feas y raquíticas que salieron detrás, al igual que las siete espigas vacías y quemadas por el viento del este, son siete años de hambre. (Génesis 41, 27)

  • Los hijos de Israel traerán además de las grasas que van a ser quemadas, el pernil que fue separado y el pecho que fue mecido. Los mecerán ante Yavé, y luego serán para ti y tus hijos para siempre, según lo ha ordenado Yavé.» (Levítico 10, 15)

  • Junto con estos panes, ustedes ofrecerán siete corderos de un año, sin defecto, un novillo y dos carneros como víctimas quemadas para Yavé; añadirán la ofrenda y la libación correspondientes y será un sacrificio por el fuego de suave aroma para Yavé. (Levítico 23, 18)

  • Al llegar la carreta al campo de Josué, de Bet-Semes, se detuvo; había allí una gran piedra. Astillaron la madera de la carreta y sacrificaron encima las vacas, como víctimas quemadas en honor a Yavé. (1 Samuel 6, 14)

  • Trajeron el Arca de Yavé y la colocaron en medio de la tienda que David había hecho levantar para ella; y ofrecieron ante Dios víctimas quemadas y sacrificios de comuniones. (1 Crónicas 16, 1)

  • Allí erigió un altar a Yavé y ofreció víctimas quemadas y sacrificios de comunión e invocó a Yavé, el cual le respondió con fuego del cielo que cayó sobre el altar del holocausto. (1 Crónicas 21, 26)

  • Los judíos que habían vuelto del destierro ofrecieron sacrificios al Dios de Israel: doce novillos por todo Israel, noventa y seis carneros, setenta y siete corderos y doce machos cabríos por el pecado. Todo como víctimas quemadas a Yavé. (Esdras 8, 35)

  • Me respondieron: «Viven allá, en la provincia, en medio de mucha pobreza y humillaciones. La muralla de Jerusalén está en el suelo, y sus puertas, quemadas.» (Nehemías 1, 3)

  • Yo quedé indeciso. Y dije: «Viva por siempre el rey. ¿Cómo no he de tener tristeza, cuando la ciudad donde están las tumbas de mis padres se encuentra en ruinas, y sus puertas quemadas?» (Nehemías 2, 3)


“O Anjo de Deus não nos abandona jamais.” São Padre Pio de Pietrelcina