Encontrados 307 resultados para: prueba de las aguas amargas

  • Uno de ellos dijo al hombre vestido de tela de hilo que estaba sobre las aguas del río: «¿Cuándo se cumplirán estas cosas asombrosas? (Daniel 12, 6)

  • El llama a las aguas del mar y las derrama por la superficie de la tierra; pues su nombre es Yavé. (Amós 5, 8)

  • Por eso la tierra ha temblado y están de duelo sus habitantes, el suelo sube y baja como aumentan y bajan las aguas del Nilo. (Amós 8, 8)

  • El ha edificado su morada en los cielos y ha puesto su bóveda sobre la tierra; él junta las aguas del mar para derramarlas por la superficie terrestre; Yavé Sabaot es su nombre. (Amós 9, 6)

  • Me subían las aguas hasta el cuello, el abismo me rodeaba, las algas se enredaban en mi cabeza. (Jonás 2, 6)

  • Yavé es bueno; para los que en él confían, es un refugio en el día de la angustia. Conoce a los que en él confían, y los salva de las aguas embravecidas. (Nahún 1, 7)

  • Nínive parece un estanque de aguas; pero de aguas que se van, todos huyen. Nadie vuelve cuando se le grita: «Detente». (Nahún 2, 9)

  • ¿Eres acaso tú mejor que No-Amón, la ciudad situada entre los ríos, rodeada de aguas, que tenía el mar por antemuro? (Nahún 3, 8)

  • Echaré ese tercio al fuego; lo purificaré como se hace con la plata, lo pondré a prueba como se prueba el oro. El invocará mi Nombre y yo lo escucharé. Entonces yo diré: ¡Este es mi pueblo!, y él, a su vez, dirá: ¡Yavé es mi Dios! (Zacarías 13, 9)

  • Jesús le dijo: «Ven.» Pedro bajó de la barca y empezó a caminar sobre las aguas en dirección a Jesús. (Evangelio según San Mateo 14, 29)

  • Se le acercaron unos fariseos, y lo pusieron a prueba con esta pregunta: «¿Está permitido a un hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo?» (Evangelio según San Mateo 19, 3)

  • Uno de ellos, que era maestro de la Ley, trató de ponerlo a prueba con esta pregunta: (Evangelio según San Mateo 22, 35)


“Todas as percepções humanas, de onde quer que venham, incluem o bem e o mal. É necessário saber determinar e assimilar todo o bem e oferecê-lo a Deus, e eliminar todo o mal.” São Padre Pio de Pietrelcina