Encontrados 50 resultados para: preparado

  • Fuera de esto, en mi amor por la Casa de mi Dios, doy a la casa de mi Dios el oro y la plata que tengo, además de todo lo que tengo preparado para la Casa del Santuario: (1 Crónicas 29, 3)

  • Da a mi hijo Salomón un corazón perfecto, para que guarde tus mandamientos, tus instrucciones y tus preceptos, y lo ponga todo por obra y edifique la Casa que yo he preparado.» (1 Crónicas 29, 19)

  • Pero el Arca de Dios había sido trasladada por David de Cariatiarim al lugar que él le había preparado, pues había alzado para ella una tienda en Jerusalén. (2 Crónicas 1, 4)

  • Salomón comenzó, pues, a edificar la Casa de Yavé en Jerusalén, en el monte Moria, donde Dios se había manifestado a su padre David. Era el lugar preparado por David, la era de Ornán el jebuseo. (2 Crónicas 3, 1)

  • Preparado así el servicio, los sacerdotes ocuparon sus puestos, lo mismo los levitas, según sus clases, conforme a la orden del rey. (2 Crónicas 35, 10)

  • Mientras vivían en su reino, gozando de la prosperidad que venía de ti, y la muy fértil y espaciosa tierra que tú les habías preparado, no te sirvieron ni se arrepintieron de sus pecados. (Nehemías 9, 35)

  • «¡No tememos a los hijos de Israel! Es un pueblo sin fuerza que no está preparado para una lucha dura. (Judit 5, 23)

  • Judit respondió: «Bebo gustosa, señor, porque desde que nací jamás me sentí tan feliz como hoy.» Tomó lo que su sirvienta le había preparado (Judit 12, 18)

  • Cada joven debía presentarse por turno ante el rey, después de haberse preparado durante doce meses, como estaba establecido para las mujeres. En los primeros seis meses de esta preparación, las jóvenes debían usar en su tocador aceite de mirra, y en otros seis, perfumes y cremas propios de las mujeres. (Ester 2, 12)

  • La mesa has preparado para mí frente a mis adversarios, con aceites perfumas mi cabeza y rellenas mi copa. (Salmos 23, 5)

  • "¡Vengan a comer mi pan y a beber mi vino que he preparado!" (Proverbios 9, 5)

  • Me has dicho que te construya un templo en la montaña santa, un altar en la ciudad donde habitas, a semejanza de esa Tienda celestial que habías preparado para ti desde el principio. (Sabiduría 9, 8)


“Rezai e continuai a rezar para não ficardes entorpecidos”. São Padre Pio de Pietrelcina