Encontrados 12 resultados para: preguntar

  • Entonces, volvieron a preguntar a Yavé: «¿Vino Saúl?» A lo que Yavé dijo: «A estas horas está escondido en medio de los equipajes.» (1 Samuel 10, 22)

  • Pero el rey dijo: «¿Cuántas veces te debo preguntar para que me digas la verdad en nombre de Yavé?» (1 Reyes 22, 16)

  • El centinela responde: «Llega la mañana, pero también la noche; si ustedes quieren preguntar, pregunten, pero vuelvan otra vez.» (Isaías 21, 12)

  • ¿Quién tendrá compasión de ti, Jerusalén? ¿Quién te consolará? ¿Quién se detendrá para preguntar por tu salud? (Jeremías 15, 5)

  • Entonces, Sedecías mandó a buscar a Jeremías y lo hizo venir donde él estaba, a la tercera entrada de la Casa de Yavé. Y le dijo: «No me ocultes nada de lo que te voy a preguntar.» (Jeremías 38, 14)

  • Le volví a preguntar: «¿Qué representan esos dos olivos puestos a la derecha y a la izquierda del candelabro?» (Zacarías 4, 11)

  • Y si alguno le llega a preguntar: «¿Por qué tienes entonces esas cicatrices en tu cuerpo?», él se defenderá diciendo: «Son heridas que me hicieron mis amigos.» (Zacarías 13, 6)

  • Un día estaban ayunando los discípulos de Juan el Bautista y los fariseos. Algunas personas vinieron a preguntar a Jesús: «Los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan; ¿por qué no lo hacen los tuyos?» (Evangelio según San Marcos 2, 18)

  • Cuando ya estaban en casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre lo mismo, (Evangelio según San Marcos 10, 10)

  • Ellos se entristecieron mucho al oírle, y le empezaron a preguntar uno a uno: «¿Seré yo?» (Evangelio según San Marcos 14, 19)

  • Pero si nuestra maldad demuestra que Dios es justo, se podría preguntar: ¿No es Dios injusto al castigarnos? - (Carta a los Romanos 3, 5)

  • Entonces debo preguntar: ¿Es posible que Dios haya rechazado a su pueblo? ¡Por supuesto que no! Yo también soy israelita, descendiente de Abrahán y de la tribu de Benjamín. (Carta a los Romanos 11, 1)


“Seja grato e beije docemente a mão de Deus. É sempre a mão de um pai que pune porque lhe quer bem” São Padre Pio de Pietrelcina