Encontrados 241 resultados para: pez

  • Porque del mismo modo que Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del gran pez, así también el Hijo del Hombre estará tres días y tres noches en el seno de la tierra. (Evangelio según San Mateo 12, 40)

  • Cuando el trigo creció y empezó a echar espigas, apareció también la maleza. (Evangelio según San Mateo 13, 26)

  • Jesús le dijo: «Ven.» Pedro bajó de la barca y empezó a caminar sobre las aguas en dirección a Jesús. (Evangelio según San Mateo 14, 29)

  • Una mujer cananea, que llegaba de ese territorio, empezó a gritar: «¡Señor, hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija está atormentada por un demonio.» (Evangelio según San Mateo 15, 22)

  • Ellos empezaron a comentar entre sí: «¡Caramba!, no trajimos pan.» (Evangelio según San Mateo 16, 7)

  • Pero Jesús se volvió y le dijo: «¡Pasa detrás de mí, Satanás! Tú me harías tropezar. Tus ambiciones no son las de Dios, sino las de los hombres.» (Evangelio según San Mateo 16, 23)

  • Sin embargo, para no escandalizar a esta gente, vete a la playa y echa el anzuelo. Al primer pez que pesques ábrele la boca, y hallarás en ella una moneda de plata. Tómala y paga por mí y por ti.» (Evangelio según San Mateo 17, 27)

  • y para empezar, le trajeron a uno que le debía diez mil monedas de oro. (Evangelio según San Mateo 18, 24)

  • Al anochecer, dijo el dueño de la viña a su mayordomo: «Llama a los trabajadores y págales su jornal, empezando por los últimos y terminando por los primeros.» (Evangelio según San Mateo 20, 8)

  • Y el gentío que iba delante de Jesús, así como los que le seguían, empezaron a gritar: «¡Hosanna al hijo de David! ¡Bendito sea el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en lo más alto de los cielos!» (Evangelio según San Mateo 21, 9)

  • En esos días muchos tropezarán y caerán; de repente se odiarán y se traicionarán unos a otros. (Evangelio según San Mateo 24, 10)

  • Pedro empezó a decirle: «Aunque todos tropiecen, yo nunca dudaré de ti.» (Evangelio según San Mateo 26, 33)


“Devemos odiar os nossos pecados, visto que o amor ao Senhor significa paz”. São Padre Pio de Pietrelcina