Encontrados 25 resultados para: personalmente
Luego hizo reposar sobre la cabeza de Jacob la bendición para todos los hombres, lo mismo que la alianza; lo bendijo personalmente y le dio el país como herencia. Lo dividió en partes y las distribuyó entre las doce tribus. (Sirácides (Eclesiástico) 44, 23)
Vio que no había nadie y se sorprendió de que nadie interviniera. Entonces intervino personalmente y con la fuerza de su justicia, (Isaías 59, 16)
Yo, Yavé, responderé personalmente a cualquier israelita y a cualquier extranjero que vive en Israel, que vive alejado de mí, que sólo piensa en sus ídolos que lo inducen a pecar, y que después vaya al profeta para que me consulte. (Ezequiel 14, 7)
Sin embargo, éste respondió: «Ya que el rey, mi señor, fijó personalmente lo que deben comer y beber, temo que me eche la culpa y me castigue, si al llegar los encuentra más delgados que los jóvenes de su edad.» (Daniel 1, 10)
Por eso ni siquiera me atreví a ir personalmente donde ti. Basta que tú digas una palabra y mi sirviente se sanará. (Evangelio según San Lucas 7, 7)
Yo les recuerdo esto para bien de ustedes, para que se salven, porque personalmente yo no me hago recomendar por hombres. (Evangelio según San Juan 5, 34)
Personalmente estoy convencido, hermanos, de que también ustedes están llenos de buena voluntad, con un conocimiento auténtico, y que son capaces de instruirse mutuamente. (Carta a los Romanos 15, 14)
Así que nosotros no miramos ya a nadie con criterios humanos; aun en el caso de que hayamos conocido a Cristo personalmente, ahora debemos mirarlo de otra manera. (2º Carta a los Corintios 5, 16)
Cada uno dé según lo que decidió personalmente, y no de mala gana o a la fuerza, pues Dios ama al que da con corazón alegre. (2º Carta a los Corintios 9, 7)
de manera que las Iglesias de Cristo en Judea no me conocían personalmente. (Carta a los Gálatas 1, 22)
Por lo demás, tengo confianza en el Señor que pronto podré ir personalmente. (Carta a los Filipenses 2, 24)
que casi murió por la obra de Cristo. Pues no escatimó sacrificios para servirme personalmente en nombre de todos ustedes, que no los tenía a mi lado. (Carta a los Filipenses 2, 30)