Encontrados 121 resultados para: parábola del buen samaritano

• Si explicas estas cosas a los hermanos, serás un buen servidor de Cristo Jesús, alimentado con las enseñanzas de la fe y de la sana doctrina que has seguido. (1º Carta a Timoteo 4, 6)

• Es verdad que la religión es un buen negocio, pero en otro sentido, si gracias a ella nos conformamos con lo que tenemos. (1º Carta a Timoteo 6, 6)

• Pelea el buen combate de la fe, conquista la vida eterna a la que has sido llamado y por la que hiciste tu hermosa declaración de fe en presencia de numerosos testigos. (1º Carta a Timoteo 6, 12)

• Que practiquen el bien, que se hagan ricos en buenas obras, que den de buen corazón, que sepan compartir. (1º Carta a Timoteo 6, 18)

• Porque Dios no nos dio un espíritu de timidez, sino un espíritu de fortaleza, de amor y de buen juicio. (2º Carta a Timoteo 1, 7)

• Soporta las dificultades como un buen soldado de Cristo Jesús. (2º Carta a Timoteo 2, 3)

• Un servidor del Señor no debe ser peleador, sino comprensivo con todos, buen pedagogo, paciente en las incomprensiones. (2º Carta a Timoteo 2, 24)

• He combatido el buen combate, he terminado mi carrera, he guardado lo que depositaron en mis manos. (2º Carta a Timoteo 4, 7)

• Al contrario, que reciba con facilidad en su casa, que sea amigo del bien, hombre de buen juicio, justo, piadoso, dueño de sí mismo. (Carta a Tito 1, 8)

• Que las ancianas igualmente se porten como corresponde a santas mujeres; no sean chismosas ni aficionadas al vino, sino más bien personas de buen consejo. (Carta a Tito 2, 3)

• No se dejen engañar por las novedades y las doctrinas extrañas a la fe. La gracia de Dios es un buen medio para fortalecer la vida interior; no cuenten con otros alimentos de los que nadie sacó provecho. (Carta a los Hebreos 13, 9)

• Y ustedes, maridos, sean a su vez comprensivos en la vida en común. Sabiendo que sus compañeras son seres más delicados, y que ambos comparten la gracia que lleva a la vida, eviten las amenazas. Este será un buen medio para que Dios escuche lo que ustedes le pidan. (1º Carta de Pedro 3, 7)