Encontrados 487 resultados para: padres
Cuando Salomón fue a descansar con sus padres, dejó como sucesor al más loco del pueblo, a un hombre sin inteligencia: ese Roboam, con sus decisiones, fue el culpable de la revuelta del pueblo. (Sirácides (Eclesiástico) 47, 23)
Está escrito que volverás un día para apaciguar la cólera lista para estallar, para que los padres se reconcilien con los hijos y para restablecer las tribus de Jacob. (Sirácides (Eclesiástico) 48, 10)
Prepárense para matar a los hijos por los crímenes de sus padres; ¡ya no saldrán a conquistar la tierra ni cubrirán, con sus ciudades, la faz del mundo! (Isaías 14, 21)
y ¿tú piensas que te vas a librar? ¿De qué les sirvieron sus dioses a las naciones que mis padres conquistaron, a Gozán, Jarán, Résef, y a los arameos de Tel-basar? (Isaías 37, 12)
El que está vivo, ése sí que te bendice, como yo lo hago hoy día: de padres a hijos recordarán tu fidelidad. (Isaías 38, 19)
Vendrán días en que todo lo que hay en tu palacio y todo lo que han atesorado tus padres hasta el día de hoy será llevado a Babilonia y no quedará nada. (Isaías 39, 6)
Los reyes serán tus padres adoptivos y sus princesas tus niñeras. Se agacharán delante de ti hasta tocar el suelo y besarán el polvo de tus pies. Entonces tú sabrás que Yo soy Yavé; y que nunca defraudo a los que esperan en mí. (Isaías 49, 23)
por sus pecados y los de sus padres, dice Yavé, que quemaron incienso en los cerros y me desafiaron en las colinas. Les daré bien su merecido, sin quitarles nada. (Isaías 65, 7)
¿Acaso sus padres me hallaron desleal, para que se alejaran de mí? Pues se fueron a cosas despreciables y, con esto, se hicieron despreciables. (Jeremías 2, 5)
Por ese mismo tiempo los hijos de Judá y los de Israel harán el camino juntos desde las tierras del norte a la tierra que di en herencia a sus padres. (Jeremías 3, 18)
El dios infame se comió el fruto del trabajo de nuestros padres desde nuestra juventud, sus ovejas y sus vacas, sus hijos e hijas. (Jeremías 3, 24)
¡Acostémonos en nuestra vergüenza y que nos cubra nuestra propia confusión! Porque nuestros padres, y nosotros desde nuestra juventud, hemos pecado contra Yavé, nuestro Dios, y no hemos escuchado su voz.» (Jeremías 3, 25)