Encontrados 56 resultados para: orilla

  • Madián, Amalec y todos los hijos de Oriente se extendían en el valle, numerosos como langostas, y sus camellos eran innumerables como la arena de la orilla del mar. (Jueces 7, 12)

  • Mientras, los trescientos israelitas seguían tocando. Yavé hizo que por todo el campamento los madianitas se mataran entre sí. Los que lograron huir fueron hasta Bet-Hassita, hacia Sareda, y hasta la orilla de Abel Mejulá, frente a Tabat. (Jueces 7, 22)

  • Cuando llegó, Helí estaba sentado en su silla, a orilla del camino, tratando de divisar algo, pues estaba muy preocupado por lo que le pudiera haber pasado al Arca de Dios. Al saber en la ciudad la noticia que había traído este hombre, todo el mundo se puso a gritar. (1 Samuel 4, 13)

  • Después recogió el manto que se le había caído a Elías y volvió a la orilla del Jordán. (2 Reyes 2, 13)

  • juntamente con Setar-Boznai y sus consejeros, los persas de la otra orilla del río. «Al rey Darío, paz. (Esdras 5, 7)

  • Partimos de la orilla del río Ahavá para ir a Jerusalén el día doce del mes primero. La mano de Dios estuvo con nosotros y apartó de nosotros todo ataque de enemigos y toda emboscada durante el camino. (Esdras 8, 31)

  • Caminaron y, llegada la noche, acamparon a la orilla del río Tigris. (Tobías 6, 2)

  • Si le pido las alas a la Aurora para irme a la otra orilla del mar, (Salmos 139, 9)

  • Cuando Judas llegó al borde del torrente, colocó a los oficiales del pueblo a la orilla y les ordenó: «No dejen acampar a nadie, sino que todos vayan al combate.» (1 Macabeos 5, 42)

  • Volvamos a Báquides, el cual se presentó con un poderoso ejército, en un día sábado, a la orilla del Jordán. (1 Macabeos 9, 43)

  • ¿Quién podrá contar los granos de arena a orilla de los mares, las gotas de lluvia, los días ya transcurridos? (Sirácides (Eclesiástico) 1, 2)

  • Ellos levantan la voz, gritan de alegría; avivan el nombre de Yavé desde la orilla del mar. (Isaías 24, 14)


“Quando o dia seguinte chegar, ele também será chamado de hoje e, então, você pensará nele. Tenha sempre muita confiança na Divina Providência.” São Padre Pio de Pietrelcina