Encontrados 41 resultados para: orgulloso

  • Enfurecido, se propuso hacer pagar a los judíos la ofensa que acababa de recibir en Persépolis cuando lo obligaron a huir. Mandó al conductor de su carro que apresurara la marcha y no parara hasta terminar el viaje. Ya el juicio de Dios venía sobre él, pues, orgulloso, decía: «En cuanto llegue a Jerusalén la convertiré en un cementerio de judíos.» (2 Macabeos 9, 4)

  • les mostró la cabeza del criminal Nicanor y la mano que el malvado había levantado orgulloso sobre la misma Casa de Dios; (2 Macabeos 15, 32)

  • el gallo, que se yergue orgulloso, y también el chivo; y además el rey, al frente de su ejército. (Proverbios 30, 31)

  • No hay remedio para la miseria del orgulloso: el mal ha echado raíces en él. (Sirácides (Eclesiástico) 3, 28)

  • No te sientas orgulloso de la ropa que llevas, ni te creas el día que te honran; ¿sabes lo que el Señor prepara sin que se lo note? (Sirácides (Eclesiástico) 11, 4)

  • El pensamiento del orgulloso es como la perdiz enjaulada para atraer la caza: te observa y descubre tus puntos débiles; (Sirácides (Eclesiástico) 11, 30)

  • El orgulloso aborrece la humildad, un pobre es para el rico un objeto de horror. (Sirácides (Eclesiástico) 13, 20)

  • La arrigancia y el orgullo hacen caer al rico; la casa del orgulloso será destruida. (Sirácides (Eclesiástico) 21, 4)

  • El pecador quedará atrapado en sus propias palabras, ¡el mendigo y el orgulloso caerán en sus redes! (Sirácides (Eclesiástico) 23, 8)

  • Hay tres clases de personas que aborrezco y cuya presencia no la soporto: un pobre orgulloso, un rico que miente y un viejo vicioso y tonto. (Sirácides (Eclesiástico) 25, 2)

  • El que educa bien a su hijo, tendrá sus satisfacciones; se sentirá orgulloso de él delante de sus parientes. (Sirácides (Eclesiástico) 30, 2)

  • ¿Quién pasó por este examen y fue reconocido sin fallas? Puede sentirse orgulloso de eso. ¿Quién tuvo los medios para pecar y no cometió falta, quién podía hacer el mal y no lo hizo? (Sirácides (Eclesiástico) 31, 10)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina