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Por la mañana, a la hora en que se ofrece el sacrificio, el agua vino del camino de Edom y todo el campo se empapó de agua. (2 Reyes 3, 20)
Joás dijo a los sacerdotes:«Todo el dinero de las contribuciones sagradas que la gente viene a ofrecer a la Casa de Yavé, el dinero en efectivo, el que se ofrece como rescate de las personas y el que libre y voluntariamente trae cada cual a la Casa de Yavé, (2 Reyes 12, 5)
«Sube donde el sumo sacerdote Helquías, y dile que funda el dinero que la gente ofrece para la Casa de Yavé y que recogen los guardias de las puertas, (2 Reyes 22, 4)
Bien sé, Dios mío, que tú pones a prueba los corazones y amas la rectitud de corazón. Tú sabes que todo te lo ofrecí espontáneamente y ahora veo con alegría que tu pueblo, que está aquí, te ofrece espontáneamente sus dones. (1 Crónicas 29, 17)
Tu esclava no ha comido en la mesa de Amán, ni tomado parte en el banquete del rey, ni probado el vino que se ofrece a los dioses. (Ester 14, 17)
Con su mano derecha te ofrece larga vida, y con la otra, riqueza y gloria. (Proverbios 3, 16)
Y no tiene sentido el que todos tengan la misma suerte: el justo y el malo, el hombre puro y el que no lo es, el que ofrece sacrificios y el que no los ofrece, el que se compromete con un voto y el que teme hacerlo. (Eclesiastés (Qohelet) 9, 2)
Glorifica al Señor con un corazón generoso, ofrece sin regatear los primeros frutos de tu trabajo. (Sirácides (Eclesiástico) 35, 7)
El Señor ha dicho: «Este pueblo me ofrece tan sólo palabras, y me honra con los labios, pero su corazón sigue lejos de mí. Su religión no vale, pues no son más que enseñanzas y obligaciones humanas. (Isaías 29, 13)
Beltsasar, jefe de los magos, sé que posees el espíritu del Dios santo y que ningún misterio te ofrece dificultad; mira el sueño que tuve y explícamelo (Daniel 4, 6)
Y como comen de los animales que mi pueblo ofrece por el pecado, les conviene que mi pueblo siga pecando. (Oseas 4, 8)
Yo los trataba con gestos de ternura, como si fueran personas. Era para ellos como quien les saca el bozal del hocico y les ofrece en la mano el alimento. (Oseas 11, 4)