Encontrados 13 resultados para: noveno

  • Y cuando siembren en el año octavo, seguirán comiendo de la cosecha pasada, y la seguirán comiendo hasta que venga la cosecha del año noveno. (Levítico 25, 22)

  • En el noveno año de Oseas, el rey de Asiria tomó Samaria, desterró a los israelitas a Asur y los estableció en Jalaj, a orillas del Jabor, río de Gozán, y en las ciudades de los medos. (2 Reyes 17, 6)

  • Al cabo de tres años la conquistó. En el año sexto de Ezequías, que es el noveno de Oseas, rey de Israel, fue conquistada Samaria. (2 Reyes 18, 10)

  • En el noveno año del reinado de Sedecías, el día diez del décimo mes, vino Nabucodonosor con todo su ejército contra Jerusalén y acampó alrededor de la ciudad, (2 Reyes 25, 1)

  • Yojanán, el octavo; Elzabad, el noveno; (1 Crónicas 12, 13)

  • El noveno, para el mes noveno, Abiezer de Anatot, de los hijos de Benjamín. Su sección era de veinticuatro mil hombres. (1 Crónicas 27, 12)

  • Todos los hombres de Judá y de Benjamín se reunieron en Jerusalén dentro de los tres días. Era el día veinte del noveno mes, y todo el pueblo estaba en la plaza de la Casa de Dios temblando con motivo de aquel asunto y también porque llovía. (Esdras 10, 9)

  • El día veinticinco del mes noveno, llamado mes de Casleu, del año ciento cuarenta y ocho, se levantaron de madrugada (1 Macabeos 4, 52)

  • En el año quinto de Joaquim, rey de Judá, en el mes noveno, convocaron para un ayuno a toda la gente de Jerusalén y de las ciudades de Judá, y éstos vinieron a Jerusalén. (Jeremías 36, 9)

  • El año noveno, el día décimo del décimo mes, se me dirigió esta palabra de Yavé. "Hijo de hombre, toma nota por escrito de esta fecha, porque hoy el rey de Babilonia ha puesto sitio a Jerusalén. (Ezequiel 24, 1)

  • El día veinticuatro del mes noveno, Yavé se dirigió nuevamente al profeta Ageo, (Ageo 2, 10)

  • Pongan, pues, atención desde hoy en adelante, desde este día veinticuatro del noveno mes en que se ha puesto la primera piedra del Santuario de Yavé. (Ageo 2, 18)


“O trabalho é tão sagrado como a oração”. São Padre Pio de Pietrelcina