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Lo mejor de nuestros cereales, de los frutos de todo árbol, del vino y del aceite se lo traeremos a los sacerdotes, para guardarlo en los departamentos de la Casa de nuestro Dios; también traeremos los diezmos de nuestro campo para los levitas. Los levitas cobrarán el diezmo en todas las ciudades campestres. (Nehemías 10, 38)
Obra conmigo como quieras, quítame la vida y conviérteme en polvo, porque prefiero la muerte a la vida. Ordena que la vida me abandone; de esa manera líbrame haciendo que vuelva al polvo. En realidad, la muerte es mejor para mí que la vida, después de oír esos injustos reproches que me han dejado tan amargado. Ordena, Señor, que me libren de esta angustia y déjame llegar a la eternidad. Señor, no apartes de mí tu rostro.» (Tobías 3, 6)
«¿Por qué has dejado partir a mi hijo? ¿No era él el bastón para nuestras manos, el que iba y venía con nosotros? ¿Por qué ha de ser el dinero lo primero de todo? Es mejor perder todo y salvar a nuestro hijo. (Tobías 5, 19)
pensó: «A lo mejor se entretuvo allá, o quizá haya muerto Gabael y no hay nadie que le entregue el dinero». (Tobías 10, 2)
Es buena la oración con ayuno, limosna y justicia. Es mejor tener poco con honradez que mucho con injusticia. Es mejor dar al pobre que amontonar tesoros, (Tobías 12, 8)
se calzó las sandalias, se puso collares, brazaletes, anillos, aros y todas sus joyas. Se arregló lo mejor que pudo con el fin de atraer las miradas de todos los que la vieran. (Judit 10, 4)
No le pareció, empero, conveniente vengarse sólo de Mardoqueo, pues como ya sabía que era judío, creyó que era mejor aniquilar junto con él a todos los judíos que había en el imperio de Asuero. (Ester 3, 6)
A lo mejor esto me salva, pues ningún impío comparecería ante él. (Job 13, 16)
En seguida, exprésate y yo responderé, o mejor, yo hablaré y tú me rectificarás. (Job 13, 22)
«Escuchen, escuchen mis razones, esto sería mejor que consolarme. (Job 21, 2)
Hay quien muere en lo mejor de su vida, cuando vivía feliz y tranquilo, (Job 21, 23)
El cordel repartidor me dejó lo mejor, ¡magnífica yo encuentro mi parcela! (Salmos 16, 6)
