Encontrados 93 resultados para: media

  • La parte anterior de la casa, el Lugar Santo, medía veinte metros. (1 Reyes 6, 17)

  • En primer lugar fundió dos columnas de bronce, cada una de nueve metros de alto. Un hilo de seis metros medía la circunferencia de cada columna. (1 Reyes 7, 15)

  • También, de bronce fundido, hizo una gran concha, conocida por el nombre de Mar, completamente redonda, que tenía cinco metros de borde a borde, y dos metros y medio de altura. Un hilo de quince metros medía su contorno. (1 Reyes 7, 23)

  • Los hijos de Rubén, los de Gad y la media tribu de Manasés, eran hombres valientes, llevaban escudo y espada, manejaban el arco y eran diestros en la guerra. Eran 44.760, listos para la guerra. (1 Crónicas 5, 18)

  • Los hijos de la media tribu de Manasés habitaron en el país desde Basán hasta Baal-Hermón, Senir y la montaña de Hermón. (1 Crónicas 5, 23)

  • Por lo cual el Dios de Israel excitó contra ellos a Teglatfalasar, rey de Asiria, que deportó a los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés, y los llevó a Calaj, Haber, Jará y el río Gozan, hasta el día de hoy. (1 Crónicas 5, 26)

  • A los otros hijos de Quehat les dieron por sorteo, conforme a sus familias, diez ciudades de la tribu de Efraím, de la tribu de Dan y de la media tribu de Manasés. (1 Crónicas 6, 46)

  • Y de la media tribu de Manasés: Aner con sus pastizales, Gat-Rimón con sus pastizales. (1 Crónicas 6, 55)

  • Para los hijos de Guersón: De las familias de la media tribu de Manasés, Golán, en Basán, con sus pastizales. Astarot con sus pastizales. (1 Crónicas 6, 56)

  • De la media tribu de Manasés, dieciocho mil, nominalmente designados para ir a proclamar rey a David. (1 Crónicas 12, 32)

  • Y de Transjordania, de los rubenitas, de los gaditas y de la media tribu de Manasés, provistos de todos los pertrechos de guerra para la batalla, ciento veinte mil. (1 Crónicas 12, 38)

  • Janún tomó presos a los enviados de David, les rapó la cabeza y la barba, les cortó a media altura sus vestidos hasta las nalgas y así los despidió. (1 Crónicas 19, 4)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina