Encontrados 14 resultados para: matado

  • Dijo Lamec a sus mujeres: «Escúchenme ustedes, Ada y Sella; oigan mis palabras, mujeres de Lamec: yo he matado a un hombre por herirme y a un muchacho porque me golpeó. (Génesis 4, 23)

  • Adán tuvo de nuevo relaciones con su mujer, que dio a luz otro hijo, a quien llamó Set, pues dijo: «Dios me ha concedido otro hijo en lugar de Abel que fue matado por Caín.» (Génesis 4, 25)

  • y ustedes se han lanzado hoy contra la familia de mi padre. Ustedes han matado de una vez a todos sus hijos, setenta hombres, y han puesto por rey sobre los señores de Siquem a Abimelec, el hijo de su esclava, por ser el hermano de ustedes. (Jueces 9, 18)

  • El llamó en seguida al muchacho que llevaba sus armas y le dijo: «Desenvaina tu espada y mátame, para que no digan de mí: Lo ha matado una mujer.» Su escudero lo atravesó y murió. (Jueces 9, 54)

  • «Muera yo con los filisteos.» Apretó con todas sus fuerzas y la casa se derrumbó sobre los jefes y sobre la gente allí reunida. Los que arrastró en su propia muerte fueron más que los que había matado en su vida. (Jueces 16, 30)

  • A esta señal entrarían a pelear los israelitas. Así, pues, los que huían de Israel se dieron vuelta cuando los de Benjamín les habían matado como treinta hombres, y se decían: «Están ya derrotados como en la primera batalla.» (Jueces 20, 39)

  • yo lo perseguía y lo golpeaba y se la arrancaba. Y si se volvía contra mí, lo tomaba de la quijada y lo golpeaba hasta matarlo. Yo he matado leones y osos; lo mismo haré con ese filisteo que ha insultado a los ejércitos del Dios vivo.» (1 Samuel 17, 35)

  • llevándose las mujeres y toda la población. No habían matado a nadie, sino que los habían llevado cautivos. (1 Samuel 30, 2)

  • Y los moabitas se dijeron: «Miren la sangre; seguramente los reyes se han vuelto uno contra otro y se han matado entre ellos. ¡Vamos, pues, a recoger el botín!» (2 Reyes 3, 23)

  • Todo el pueblo del país estaba contento, y la ciudad quedó tranquila; en cuanto a Atalía, la habían matado a espada. (2 Crónicas 23, 21)

  • Había allí un profeta de Yavé, llamado Obred, que salió al encuentro del ejército que volvía a Samaria y les dijo: «Miren que Yavé, el Dios de sus padres, estaba irritado contra la gente de Judá y por esto los ha entregado en manos de ustedes. Pero ustedes los han matado con una crueldad increíble. (2 Crónicas 28, 9)

  • Por esto los de nuestro pueblo han sitiado la fortaleza y nos tratan como a extraños. Han matado a todos los nuestros que han sorprendido y echaron mano de nuestros bienes. (1 Macabeos 6, 24)


“A mansidão reprime a ira.” São Padre Pio de Pietrelcina