Encontrados 11 resultados para: manta

  • Cualquier pleito en que se sospeche que uno de los dos estafó al otro, ya se haya perdido buey, burro, cordero o manta, será llevado ante Dios, y al que Dios declare culpable restituirá el doble a su prójimo. (Exodo 22, 8)

  • Yael salió al encuentro de Sísara y le dijo: «Vente por acá, mi señor, no temas.» Sísara entró y Yael lo escondió bajo una manta. El le pidió un poco de agua para calmar la sed. (Jueces 4, 18)

  • La mujer destapó el odre de la leche, le dio de beber y volvió a cubrirlo con una manta. (Jueces 4, 19)

  • Como le preguntara quién era, ella le respondió: «Soy Rut, tu sirvienta. Tápame con tu manta, pues tú debes rescatarme.» (Rut 3, 9)

  • La mujer tomó una manta, tapó con ella el pozo y esparció encima grano partido para que no se notara. (2 Samuel 17, 19)

  • Pero, a la mañana siguiente, Jazael tomó una manta, la empapó de agua y la apretó sobre el rostro del rey hasta que murió, y le sucedió como rey de Aram. (2 Reyes 8, 15)

  • David iba revestido de una manta de lino fino, lo mismo que todos los levitas que portaban el Arca, los cantores y Kenonías, el jefe que dirigía el traslado. También David llevaba un efod de lino. (1 Crónicas 15, 27)

  • pues cada cual querrá obligar al otro o a su mismo hermano, diciéndole: «Tú tienes una manta, ¿por qué no aceptas ser nuestro jefe y nos sacas así de esta ruina?» (Isaías 3, 6)

  • Aquel día cada cual se excusará: Yo no soy ningún médico, ni tengo en mi casa pan ni manta, no me pongan como jefe del pueblo.» (Isaías 3, 7)

  • Y prenderá fuego a los templos de los dioses de Egipto, quemará o se llevará sus dioses, despiojará a Egipto como despioja un pastor su manta, y después se irá sin que nadie lo moleste. (Jeremías 43, 12)

  • Pero son ustedes los enemigos de mi pueblo, pues le quitan su manta al hombre bueno y hacen la guerra al que vive tranquilo. (Miqueas 2, 8)


“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina