Encontrados 66 resultados para: míos

  • y les dijo: «Señores míos, les ruego que vengan a la casa de este siervo suyo a pasar la noche. Se lavarán los pies, descansarán y mañana, al amanecer, podrán seguir su camino.» Ellos le respondieron: «No, pasaremos la noche en la plaza.» Pero él insistió tanto, que lo siguieron a su casa, y les preparó comida. (Génesis 19, 2)

  • y les dijo: «Les ruego, hermanos míos, que no cometan semejante maldad. (Génesis 19, 7)

  • Jacob contó a Labán todo lo ocurrido, y Labán le dijo: «En verdad tú eres carne y hueso míos.» Y Jacob se quedó allí con él durante un mes. (Génesis 29, 14)

  • Desde ahora, pues, los dos hijos que te han nacido en Egipto antes de llegar yo a este país, serán míos. Efraím y Manasés serán hijos míos, al igual que Rubén y Simeón son hijos míos, (Génesis 48, 5)

  • Todos los primogénitos de los hijos de Israel son míos, tanto de hombre como de animales.» (Exodo 13, 2)

  • ceñirás a Aarón y a sus hijos las fajas y les pondrás las mitras. Así es como consagrarás a Aarón y sus hijos como sacerdotes míos: éste será un rito perpetuo. (Exodo 29, 9)

  • Así santificaré la Tienda de las Citas con el altar; así santificaré a Aarón y a sus hijos para que sean sacerdotes míos. (Exodo 29, 44)

  • los ungirás como ungiste a su padre, para que sean mis sacerdotes. Así por su unción serán sacerdotes míos para siempre, de generación en generación.» (Exodo 40, 15)

  • Sean santos para mí, porque yo soy Santo, yo Yavé, que los he separado de los demás pueblos para que sean míos. (Levítico 20, 26)

  • Ustedes guardarán estos preceptos míos, no sea que carguen con un pecado y mueran a consecuencia de esta profanación: ¡yo soy Yavé, y a ustedes los hago santos! (Levítico 22, 9)

  • Porque es a mí a quien sirven los hijos de Israel, siervos míos son a quienes yo he sacado del país de Egipto. Yo soy Yavé, el Dios de ustedes. (Levítico 25, 55)

  • «Toma a los levitas en lugar de todos los primogénitos de los hijos de Israel, y el ganado de los levitas en lugar de su ganado; así los levitas serán míos: ¡yo soy Yavé! (Números 3, 45)


“Imitemos o coração de Jesus, especialmente na dor, e assim nos conformaremos cada vez mais e mais com este coração divino para que, um dia, lá em cima no Céu, também nós possamos glorificar o Pai celeste ao lado daquele que tanto sofreu”. São Padre Pio de Pietrelcina