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  • En este mundo se han presentado muchos seductores, que no reconocen a Jesús como el Mesías venido en la carne. En eso mismo se reconoce al impostor y al anticristo. (2º Carta de Juan 1, 7)

  • Muy querido amigo, sabiendo que tu alma va por el buen camino, te deseo que goces de buena salud y que todos tus caminos te den satisfacción. (3º Carta de Juan 1, 2)

  • Grande ha sido mi alegría al oír alabar tu verdad a los hermanos que llegaron, puesto que vives en la verdad. (3º Carta de Juan 1, 3)

  • Nada me causa mayor alegría que el saber que mis hijos viven en la verdad. (3º Carta de Juan 1, 4)

  • Hermano muy querido, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace el bien es de Dios. El que hace el mal no ha visto a Dios. (3º Carta de Juan 1, 11)

  • En cuanto a Demetrio, todos hablan bien de él, hasta la misma verdad. También nosotros lo alabamos, y tú sabes que cuando recomendamos a alguien lo hacemos según la verdad. (3º Carta de Juan 1, 12)

  • La paz sea contigo. Te saludan tus amigos. Saluda a los nuestros, a cada uno en particular. (3º Carta de Juan 1, 15)

  • Que abunde entre ustedes la misericordia, la paz y el amor. (Carta de Judas 1, 2)

  • Hizo lo mismo con los ángeles que no conservaron su domicilio, sino que abandonaron el lugar que les correspondía: Dios los encerró en cárceles eternas, en el fondo de las tinieblas, hasta que llegue el gran día del Juicio. (Carta de Judas 1, 6)

  • Lo mismo que Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas que también se prostituyeron dejándose atraer por uniones contra la naturaleza, se ponen como ejemplo al padecer el castigo del fuego eterno. (Carta de Judas 1, 7)

  • Sin embargo, cuando el arcángel Miguel pleiteaba contra el diablo y disputaba el cuerpo de Moisés, no se atrevió a insultarlo, sino que dijo: "¡Que el Señor te reprenda!". (Carta de Judas 1, 9)

  • Cuando ustedes celebran sus comidas fraternales, ellos lo echan todo a perder. Comen como sinvergüenzas sin otra preocupación que la de su propio estómago. Son como nubes llevadas por el viento y que nunca traen la lluvia, como árboles de fines de otoño en los que no se encuentran frutos, dos veces muertos. (Carta de Judas 1, 12)


“Nunca se canse de rezar e de ensinar a rezar.” São Padre Pio de Pietrelcina