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  • Tus descendientes de la cuarta generación volverán a esta tierra que no te puedo entregar ahora, pues la maldad de los amorreos todavía no ha merecido que yo se la quite.» (Génesis 15, 16)

  • Cuando el sol ya se había puesto y estaba todo oscuro, algo como un calentador humeante y una antorcha encendida pasaron pr medio de aquellos animales partidos. (Génesis 15, 17)

  • El país de los quenitas, de los ceniceos, y de los cadmoneos, (Génesis 15, 19)

  • de los hititas, de los fereceos y los refaítas, (Génesis 15, 20)

  • de los amorreos, de los cananeos, de los jergeseos y los jebuseos." (Génesis 15, 21)

  • Yo te daré a ti, y después de ti a tu posteridad, la tierra en que vives como peregrino, es decir, toda la tierra de Canaán, en posesión perpetua, y seré el Dios de los tuyos.»La circuncisión (Génesis 17, 8)

  • En adelante y para siempre, todo varón entre ustedes deberá ser circuncidado a los ocho días después de su nacimiento, tanto el nacido en tu casa, como el extranjero que haya sido comprado como esclavo. (Génesis 17, 12)

  • La bendeciré de tal manera, que pueblos y reyes saldrán de ella.» (Génesis 17, 16)

  • Tomó entonces Abrahán a su hijo Ismael, a todos los nacidos en su casa y a todos los que había comprado, en una palabra, a todos los varones que había en la familia y los circuncidó ese mismo día, tal como Dios le había mandado. (Génesis 17, 23)

  • También todos los varones de su casa, tanto los nacidos en ella como los esclavos comprados a algún extranjero, fueron igualmente circuncidados con él. (Génesis 17, 27)

  • Yavé se presentó a Abrahán junto a los árboles de Mambré mientras estaba sentado a la entrada de su tienda, a la hora más calurosa del día. (Génesis 18, 1)

  • Al levantar sus ojos, Abrahán vio a tres hombres que estaban parados a poca distancia. En cuanto los vio, corrió hacia ellos y se postró en tierra, (Génesis 18, 2)


“Como Jesus, preparemo-nos a duas ascensões: uma ao Calvário e outra ao Céu. A ascensão ao Calvário, se não for alegre, deve ao menos ser resignada!” São Padre Pio de Pietrelcina