Encontrados 39 resultados para: limitación humana

  • Pero a mí no me importa lo más mínimo cómo me juzgan ustedes o cualquier autoridad humana. Y tampoco quiero juzgarme a mí mismo. (1º Carta a los Corintios 4, 3)

  • Si te casas, no cometes pecado, y tampoco comete pecado la joven que se casa. Pero la condición humana les traerá conflictos que yo no quisiera para ustedes. (1º Carta a los Corintios 7, 28)

  • ¿Quieren hablar en lenguas? Que lo hagan dos o tres al máximo, pero con limitación de tiempo, y que haya quien interprete. (1º Carta a los Corintios 14, 27)

  • ¿Acaso era una decisión muy apresurada? ¿O era tal vez sólo una decisión humana y en mí se daba al mismo tiempo un no y un sí? (2º Carta a los Corintios 1, 17)

  • No nos callamos por falsa vergüenza; no andamos con rodeos ni desvirtuamos la palabra de Dios; manifestando la verdad, merecemos ante Dios que cualquier conciencia humana nos apruebe. (2º Carta a los Corintios 4, 2)

  • Humana es mi condición, pero no lo es mi combate. (2º Carta a los Corintios 10, 3)

  • Por eso, si tanta gente hace valer sus méritos en forma tan humana, yo también lo haré. (2º Carta a los Corintios 11, 18)

  • tomando la condición de servidor, y se hizo semejante a los hombres. Y encontrándose en la condición humana, (Carta a los Filipenses 2, 7)

  • En Cristo recibieron una circuncisión no humana, no quirúrgica, que los despojó enteramente del cuerpo carnal. Esta «circuncisión de Cristo» (Carta a los Colosenses 2, 11)

  • no por efecto de una ley humana, sino por el poder de la vida que no conoce ocaso. (Carta a los Hebreos 7, 16)

  • Animales salvajes y pájaros, reptiles y animales marinos de toda clase han sido y de hecho son dominados por la raza humana. (Carta de Santiago 3, 7)

  • Sométanse a toda autoridad humana por causa del Señor: al rey, porque tiene el mando; (1º Carta de Pedro 2, 13)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina