Encontrados 63 resultados para: libertad religiosa

  • Pero puede ser que otro se mantenga firme y decide con toda libertad y con mucha lucidez que su novia se conserve virgen. Este obra mejor. (1º Carta a los Corintios 7, 37)

  • He dicho su conciencia, y no la tuya. ¿Será conveniente que yo haga uso de mi libertad si va a ser criticado por otra conciencia? (1º Carta a los Corintios 10, 29)

  • El Señor es espíritu, y donde está el Espíritu del Señor hay libertad. (2º Carta a los Corintios 3, 17)

  • y esto a pesar de que había intrusos, pues unos falsos hermanos se habían introducido para vigilar la libertad que tenemos en Cristo Jesús y querían hacernos esclavos (de la Ley). (Carta a los Gálatas 2, 4)

  • Nuestra vocación, hermanos, es la libertad. No hablo de esa libertad que encubre los deseos de la carne, sino del amor por el que nos hacemos esclavos unos de otros. (Carta a los Gálatas 5, 13)

  • Es fácil reconocer lo que proviene de la carne: libertad sexual, impurezas y desvergüenzas; (Carta a los Gálatas 5, 19)

  • la voluntad de Dios es que se hagan santos y que rehúyan la libertad sexual. (1º Carta a los Tesalonicenses 4, 3)

  • Si una mujer ha recibido una formación realmente religiosa, las buenas obras han de ser sus adornos. (1º Carta a Timoteo 2, 10)

  • Por eso, aunque tengo en Cristo plena libertad para ordenarte lo que tendrías que hacer, (Carta a Filemon 1, 8)

  • En los días de su vida mortal, presentó ruegos y súplicas a aquel que podía salvarlo de la muerte; este fue su sacrificio, con grandes clamores y lágrimas, y fue escuchado por su religiosa sumisión. (Carta a los Hebreos 5, 7)

  • Sepan que nuestro hermano Timoteo fue puesto en libertad. Si viene pronto, iré con él a visitarlos. (Carta a los Hebreos 13, 23)

  • Todo lo contrario el que fija su atención en la Ley perfecta de la libertad y persevera en ella, no como oyente olvidadizo, sino como activo cumplidor; éste será dichoso al practicarla. (Carta de Santiago 1, 25)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina