Encontrados 19 resultados para: lenguaje

  • Por eso se la llamó Babel, porque allí Yavé confundió el lenguaje de todos los habitantes de la tierra, y desde allí los dispersó Yavé por toda la tierra. (Génesis 11, 9)

  • Rechaza cualquier lenguaje perverso, abstente de cualquier mentira. (Proverbios 4, 24)

  • Un lenguaje noble no le cae bien a un tonto, y menos aún la mentira a un príncipe. (Proverbios 17, 7)

  • El que tiene odio disimula su lenguaje y esconde en él su maldad. (Proverbios 26, 24)

  • No te dejes llevar por la corriente, no estés en dos caminos a la vez; esto es propio del pecador que usa un doble lenguaje. (Sirácides (Eclesiástico) 5, 9)

  • Las palabras amables te harán ganar muchos amigos, un lenguaje cortés atrae respuestas benevolentes. (Sirácides (Eclesiástico) 6, 5)

  • Un lenguaje lleno de imprecaciones pone los nervios de punta, ese género de discusiones hace que uno se tape los oídos. (Sirácides (Eclesiástico) 27, 14)

  • No verás más al pueblo insolente cuyo lenguaje no se puede entender, cuyas palabras te hacen reír y te suenan raras. (Isaías 33, 19)

  • Ven y oyen, pero hablan otro lenguaje y nadie llora su maldad, diciendo: «¿Qué es lo que he hecho?» Todos prosiguen su loca carrera como un caballo que se lanza a la carga. (Jeremías 8, 6)

  • Yo ordeno, pues: De toda raza, nación y lenguaje, todo aquel que hable de forma irreverente del Dios de Sidrac, Misac y Abdégano será cortado en pedazos y su casa será destruida porque no hay otro dios que pueda salvar de este modo. (Daniel 3, 96)

  • Los Doce no entendieron nada de. Este era un lenguaje misterioso para ellos y no comprendían lo que decía. (Evangelio según San Lucas 18, 34)

  • Al escucharlo, cierto número de discípulos de Jesús dijeron: «¡Este lenguaje es muy duro! ¿Quién querrá escucharlo?» (Evangelio según San Juan 6, 60)


O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina