Encontrados 25 resultados para: lanzo

  • Lanzó sobre ellos el ardor de su cólera, ira, furor, angustia: ¡un buen envío de ángeles de desdichas! (Salmos 78, 49)

  • Moab es la vasija en que me lavo, sobre Edom arrojo mi sandalia, contra Filistea lanzo el grito de victoria". (Salmos 108, 10)

  • El Macabeo, entonces, ordenando su ejército en batallones, puso a aquellos dos a su cabeza y se lanzó contra Timoteo, que tenía consigo veinte mil hombres de infantería y dos mil quinientos jinetes. (2 Macabeos 12, 20)

  • "¡A Ustedes, humanos, me dirijo, lanzo un llamado a los hijos de los hombres! (Proverbios 8, 4)

  • tu Palabra omnipotente se lanzó desde lo alto de los cielos, donde está junto a tu trono real, y se precipitó como un guerrero furioso sobre el país condenado al exterminio. Llevaba como espada acerada tu irrevocable decisión; (Sabiduría 18, 15)

  • El fuego que lanzó de lo alto bajó hasta mis huesos; tendió una red a mis pies y me hizo caer de espaldas. Me dejó abandonada y siempre doliente. (Lamentaciones 1, 13)

  • A la tierra de Israel le dirás esta palabra de Yavé: Me lanzo contra ti. Sacaré mi espada de la vaina y acabaré con el justo y con el malo. (Ezequiel 21, 8)

  • Debido a esto me lanzo contra ti y tus canales; haré de Egipto un desierto, una desolación, desde Migdol hasta Siene y la frontera con Etiopía. (Ezequiel 29, 10)

  • me lanzo sobre ellos como un oso al que le han quitado sus crías, y desgarro la funda de su corazón. Como leona, allí mismo los devoro y los destrozo como fiera salvaje. (Oseas 13, 8)

  • Salieron y entraron en los cerdos. Al momento toda la piara se lanzó hacia el lago por la pendiente, y allí se ahogaron. (Evangelio según San Mateo 8, 32)

  • «¡Cállate y sal de ese hombre!» El espíritu malo revolcó al hombre en el suelo y lanzó un grito tremendo, pero luego salió de él. (Evangelio según San Marcos 1, 26)

  • Y el hombre que tenía el espíritu malo se lanzó sobre ellos, los sujetó a ambos y los maltrató de tal manera que huyeron de la casa desnudos y malheridos. (Hecho de los Apóstoles 19, 16)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina