Encontrados 439 resultados para: jacob y esau

  • Huyó Jacob a las llanuras de Aram, sirvió Israel por una mujer, y por una mujer guardó rebaños. (Oseas 12, 13)

  • Oigan y transmitan a la casa de Jacob esta palabra de Yavé. (Amós 3, 13)

  • Juro por mí mismo, dice el Señor Yavé, el Dios de los Ejércitos: Yo aborrezco el lujo insolente de Jacob y detesto sus palacios; por eso entregaré en manos del enemigo la ciudad con todos sus habitantes. (Amós 6, 8)

  • Al ver cómo pelaban los campos, intervine y dije: «Por favor, Señor Yavé, perdona. Pues, ¿qué será de Jacob, que es tan pequeño?» (Amós 7, 2)

  • Entonces exclamé: «Por favor, detente, Señor Yavé. Pues, ¿cómo se salvará Jacob, que es tan pequeño?» (Amós 7, 5)

  • Pues bien me estoy fijando en ese reino pecador de Israel, decidido a exterminarlo de la tierra. Sin embargo no exterminaré totalmente la casa de Jacob, dice Yavé. (Amós 9, 8)

  • ¡Cómo han rebuscado en Esaú y escudriñado sus escondrijos! (Abdías 1, 6)

  • Aquel día, dice Yavé, haré desaparecer a los sabios de Edom y a la astucia de los montes de Esaú. (Abdías 1, 8)

  • Tus valientes se estremecen, pueblo de Temán, pues se está acuchillando a los hombres de los cerros de Esaú. (Abdías 1, 9)

  • A causa de tu violencia contra tu hermano Jacob quedarás cubierto de vergüenza y desaparecerás para siempre. (Abdías 1, 10)

  • Pero en el monte de Sión habrá supervivientes, que será un lugar santo, y el pueblo de Jacob recobrará su heredad. (Abdías 1, 17)

  • El pueblo de Jacob será un fuego, el de José una llama, mientras la gente de Esaú será la paja; la quemarán y la devorarán y no quedarán restos de la raza de Esaú, porque Yavé lo ha dicho. (Abdías 1, 18)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina