Encontrados 11 resultados para: insectos prohibidos

  • Pero, tratándose de los insectos alados que andan sobre cuatro patas, podrán comer aquellos que, además de sus cuatro patas, tienen piernas para saltar sobre el suelo. (Levítico 11, 21)

  • No sembrarás en tu viña ninguna otra semilla, porque de hacerlo, tanto los productos de esta siembra como las uvas de tu viña quedarían prohibidos. (Deuteronomio 22, 9)

  • Todos los árboles y frutos de tu tierra serán atacados por los insectos. (Deuteronomio 28, 42)

  • Habló y llegaron los mosquitos, plaga de insectos en todo su territorio. (Salmos 105, 31)

  • Bajo la túnica de cada muerto encontraron objetos consagrados a los ídolos de Jamnia, prohibidos por la Ley a los judíos. Comprendieron entonces por qué habían muerto. (2 Macabeos 12, 40)

  • Su mal corazón los había extraviado: era una locura que adoraran a reptiles irracionales y a viles animales. Por eso en castigo les enviaste nubes de insectos, (Sabiduría 11, 15)

  • Por eso nuestros perseguidores fueron justamente castigados por animales de ese género y atormentados por una multitud de insectos. (Sabiduría 16, 1)

  • Las llamas no quemaban a los frágiles insectos que las atravesaban; ni hacían que se derritiera el maná, ese alimento divino que debió licuarse como la escarcha en un instante. (Sabiduría 19, 21)

  • A los del palacio se les servían alimentos y bebidas que Daniel no quería tomar, por estar prohibidos por su ley. Pidió entonces permiso al jefe de los funcionarios del palacio para no comer estas cosas, que lo habrían manchado. (Daniel 1, 8)

  • tus guardias, como langosta, y tus funcionarios como enjambres de insectos que se posan en los cercos en un día de frío. Sale el sol y se van, se despliegan los pulgones, se vuelan y nadie sabe dónde. (Nahún 3, 17)

  • Sacaré de su boca la carne con sangre, y de sus dientes los alimentos prohibidos. Pero nuestro Dios se dejará para él a algunos filisteos, que formarán como una familia en Judá. Ecrón será tratado como el jebuseo. (Zacarías 9, 7)


“O mal não se vence com o mal, mas com o bem, que tem em si uma força sobrenatural.” São Padre Pio de Pietrelcina