Encontrados 2037 resultados para: hijos de Leví
hijo de Jesús, hijo de Eliecer, hijo de Jarim, hijo de Matat, hijo de Leví, (Evangelio según San Lucas 3, 29)
Lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No temas; en adelante serás pescador de hombres.» (Evangelio según San Lucas 5, 10)
Al salir, Jesús vio a un cobrador de impuestos, llamado Leví, que estaba sentado en el puesto donde cobraba. Jesús le dijo: «Sígueme.» (Evangelio según San Lucas 5, 27)
Leví se levantó; lo dejó todo y empezó a seguirlo. (Evangelio según San Lucas 5, 28)
Leví le ofreció un gran banquete en su casa, y con ellos se sentaron a la mesa un buen número de cobradores de impuestos y gente de toda clase. (Evangelio según San Lucas 5, 29)
Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada a cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande, y serán hijos del Altísimo, que es bueno con los ingratos y los pecadores. (Evangelio según San Lucas 6, 35)
Yo les digo que entre los hijos de mujer no hay ninguno más grande que Juan Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de Dios es más que él. (Evangelio según San Lucas 7, 28)
Sin embargo, los hijos de la Sabiduría la reconocen en su manera de actuar.» (Evangelio según San Lucas 7, 35)
Y el otro le responde a usted desde adentro: «No me molestes; la puerta está cerrada y mis hijos y yo estamos ya acostados; no puedo levantarme a dártelos». (Evangelio según San Lucas 11, 7)
Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del Cielo dará espíritu santo a los que se lo pidan!» (Evangelio según San Lucas 11, 13)
¡Jerusalén, Jerusalén! ¡Qué bien matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus polluelos debajo de sus alas, y tú no has querido! (Evangelio según San Lucas 13, 34)
«Si alguno quiere venir a mí y no se desprende de su padre y madre, de su mujer e hijos, de sus hermanos y hermanas, e incluso de su propia persona, no puede ser discípulo mío. (Evangelio según San Lucas 14, 26)