Encontrados 359 resultados para: hija de Absalón
Así trataban a las mujeres de Israel, y ellas por miedo condescendían con ustedes. Pero una hija de Judá no soportó la maldad de ustedes. (Daniel 13, 57)
Jilquías y su esposa dieron gracias a Dios por su hija Susana, lo mismo que su marido y todos sus parientes, por el hecho de que nada indigno se había hallado en ella. (Daniel 13, 63)
Fue, pues, y tomó a Gomer, hija de Diblayim. Ella quedó esperando y le dio luego un hijo. (Oseas 1, 3)
Prepara el carro con sus caballos, tú que vives en Laquis, pues por tu culpa empezó a pecar la hija de Sión, ya que tú le enseñaste el mal que se cometía en Israel. (Miqueas 1, 13)
Retuércete de dolor y grita, hija de Sión, como mujer que da a luz, porque ahora saldrás de la ciudad para vivir en despoblado. Llegarás hasta Babilonia, pero allí serás liberada, pues Yavé te libertará del poder de tus enemigos. (Miqueas 4, 10)
¡Levántate, pues, y aplástalos con tus pies, hija de Sión, porque te pondré cuernos de hierro, y pezuñas de bronce para que tritures a muchos pueblos! Entonces consagrarás sus despojos a Yavé, y sus riquezas serán para el Señor del mundo entero. (Miqueas 4, 13)
Porque ahora el hijo insulta a su padre, la hija se rebela contra su madre, la nuera contra su suegra, y cada cual tiene por enemigos las personas de su familia. (Miqueas 7, 6)
¡Grita de gozo, oh hija de Sión, y que se oigan tus aclamaciones, oh gente de Israel! ¡Regocíjate y que tu corazón esté de fiesta, hija de Jerusalén! (Sofonías 3, 14)
Canta, gozosa, oh hija de Sión, pues mira que yo vengo para quedarme contigo, dice Yavé. (Zacarías 2, 14)
Salta, llena de gozo, oh hija de Sión, lanza gritos de alegría, hija de Jerusalén. Pues tu rey viene hacia ti; él es santo y victorioso, humilde, y va montado sobre un burro, sobre el hijo pequeño de una burra. (Zacarías 9, 9)
Judá ha cometido una traición, una cosa vergonzosa se ha hecho en Jerusalén: Judá ha profanado el santuario preferido de Yavé, casándose con la hija de un dios extranjero. (Malaquías 2, 11)
Mientras Jesús hablaba, llegó un jefe de los judíos, se postró delante de él y le dijo: «Mi hija acaba de morir, pero ven, pon tu mano sobre ella, y vivirá.» (Evangelio según San Mateo 9, 18)